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Roxana Muñoz, conocida por su participación en "Año 0" en 2011 y su matrimonio con el exfutbolista Kike Acuña, decidió alejarse del mundo televisivo para emprender un negocio en Independencia y luego en Algarrobo. Sin embargo, tras cerrar su botillería por consideraciones éticas, incursionó en la remodelación de casas y en la promoción de un cuestionado ayuno de 21 días en redes sociales, lo que le valió una multa de 20 millones de pesos. Actualmente, vive en La Araucanía con su hija Taira, donde ha encontrado paz y ha agradecido la hospitalidad de sus vecinos, destacando la unión y solidaridad de la comunidad.
Roxana Muñoz alcanzó fama en la televisión chilena gracias a su participación en el reality de Canal 13 Año 0, en 2011.
Allí, su carácter frontal y los intensos conflictos que protagonizó, la llevaron a transformarse en una de las figuras más comentadas del espacio, llegando incluso a las etapas finales.
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Tras ese periodo de exposición mediática, su vida privada también estuvo en el ojo público por su matrimonio con el exfutbolista Kike Acuña, con quien tuvo a su hija Taira. Con el tiempo, ambos siguieron caminos separados, mientras ella buscó alejarse del ruido televisivo.
En 2014 decidió emprender con un negocio propio: una botillería en la comuna de Independencia. Sin embargo, años más tarde optó por cerrar el local, convencida de que no quería sostener un rubro que, a su juicio, podía alimentar problemáticas asociadas al consumo excesivo de alcohol.
Tras esto, se dirigió a Algarrobo, siempre acompañada de su hija, donde incursionó en la remodelación de casas. En paralelo, también realizaba contenido en redes sociales, donde promovía un cuestionado método de ayuno de 21 días.
Lo anterior, le costó una multa aplicada por la Seremi de Salud de 20 millones de pesos por “engañar al público” al promover este mecanismo.
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Presente de Roxana Muñoz
En sus redes sociales, la influencer confirmó que está hace un año viviendo en la región de La Araucanía junto a su hija Taira.
“Un año viviendo en La Araucanía. Esperando concretar un proyecto que me llena de ilusión y que me ha traído hasta acá sin importar todo el sacrificio que tenga que vivir", señaló el pasado 19 de agosto en una publicación en su Instagram.
“Sin duda, el estar rodeada de naturaleza, la tranquilidad y ver todos los días a mi hija decir 'estar feliz', ya con eso me siento orgullosa y agradecida", agregó.
De hecho, en una de sus últimas publicaciones agradeció a sus vecinos de Curacautín por la hospitalidad con la que la han recibido.
“A todos mis vecinos de Curacautín y La Araucanía, estoy aquí para colaborar para lo que me necesiten. Esta comuna, y región principalmente, tiene una belleza que no todos conocen y lo más importante: su gente, sus costumbres”.
Finalmente, explicó lo dichosa que se siente de vivir en el sur. “No se imaginan que a pesar de estar en zona rural, acá los vecinos están muy unidos y se ayudan tanto, que estoy muy agradecida de haber llegado a este lugar”.
“Gracias a ellos, realmente siento que ya no estamos solas. Son muy amables, se cuidan, se ayudan, son muy solidarios y organizados. Muchas gracias”, cerró.





