Si bien el primer mes del año siempre es duro para las personas, al parecer enero 2020 fue más eterno de lo que esperábamos.

Y es que la gran cantidad de noticias alarmantes, como la propagación del coronavirus en el mundo, generó que muchos usuarios de redes sociales reclamaran que enero tuvo más de 31 días.

Pero, ¿por qué se produce esa sensación? De acuerdo a los expertos, la respuesta estaría en la dopamina, una sustancia neurotransmisora que cuando se libera en el organismo, provoca sensaciones de bienestar y relajación. Asimismo, influye en nuestra percepción del paso del tiempo.

De acuerdo a la ciencia, el denominado “reloj de dopamina” establece que los niveles más altos de este neurotransmisor hacen que el tiempo parezca que pasa más rápido.

En la vereda contraria, cuando baja la dopamina, el tiempo parece ir más lento, por lo que situaciones cotidianas como el trabajo, parecen ser más largas.

“Es posible que reiniciar el trabajo después de los feriados de Navidad y Año Nuevo genere mucho aburrimiento, lo que a su vez conduce a la impresión de que el tiempo se ralentiza en enero”, detalla Zhenguang Cai, un estudiante de doctorado en la UCL que trabaja en la percepción del tiempo, al sitio Newstate America.

Por otra parte, destacan que el reconocimiento colectivo de que enero es largo, lo ha hecho sentir aún más “eterno”.