Este miércoles se dio a conocer que el motivo que mantiene al periodista Andrés Caniulef fuera de la pantalla de Chilevisión es producto de una fuerte depresión que le aqueja, la que también desencadenó crisis de pánico.

Este tema fue tratado en el matinal de TVN, Muy Buenos Días, en donde los panelistas relataron algunas de sus experiencias con esta enfermedad y con crisis de pánico, siendo la historia de Karen Bejarano una de las que más llamó la atención de Página 7.

El relato de la panelista data de hace años atrás, cuando aún trabajaba en Mekano y su relación con su actual esposo, Juan Pedro Verdier, había terminado. “Llevábamos dos años pololeando. Habíamos tomado la decisión de separarnos porque no nos estábamos llevando muy bien”, confesó Bejarano.

Según Karen, durante las primeras semanas desde su ruptura “no tomaba conciencia” de que ya no estaban juntos porque lo seguía viendo todos los días en el trabajo.

Sin embargo, cuando llegaba a su casa y estaba sola le venía una gran angustia. “Sentía que mi mundo se había terminado, así de triste (…) Tenía todo, pero a la vez sentía que no tenía nada”, comentó.

Captura | TVN
Captura | TVN

Esta pena llegó a un punto preocupante cuando en una ocasión, cuando terminó el programa, le vino una crisis de pánico. “Sentía que me tiritaba todo por dentro (…) Era un zombie, estaba en piloto automático. Trabajaba, hacía lo que tenía que hacer pero en realidad no estaba presente y mi cabeza estaba en otro lado. De repente sentí que me estaba muriendo, esa fue mi sensación, ‘me estoy ahogando, necesito ayuda'”.

Bejarano aseguró que en ese momento se desplomó, que le vino una angustia y no podía parar de llorar. Lo único que logró hacer fue que llamaran a su madre, quien la fue a buscar para luego llevarla a la clínica.

Finalmente, el panel destacó la importancia de tratar estos temas de salud mental, ya sea la depresión, crisis de pánico o ataques de ansiedad; como también poner énfasis en los tratamientos y tomarse el tiempo para recuperarse, tal como lo está siendo Andrés Caniulef.