La destacada artista nacional, Maitén Montenegro está viviendo un complejo problema judicial.

La ex Jappening con Ja fue demandada por Pedro Mozo, quien le arrendó por cerca de ocho años una propiedad donde la bailarina tenía su academia.

Tras atrasarse y luego no realizar los pagos, el hombre le solicitó la propiedad, la que finalmente abandonó en 2016, dejando varios meses impagos de acuerdo a Mozo, quien conversó con el programa Intrusos de La Red.

“Le arrendé a principio de 2008, ahí pagó el primer mes y la garantía, y después se empezó a atrasar y atrasar, y ahí le fui aceptando … estuvo sin cancelar un peso seis meses… todo esto está en juicio”, comentó Pedro.

En el espacio de farándula revelaron algunos de los antecedentes del proceso judicial que está enfrentando Montenegro, quien no se ha referido al tema.

“Tienen que hablar con mi abogado que está viendo todo lo relacionado con el antiguo estudio”, aseguró Montenegro.

El expediente indica que Maitén adeuda 25 millones de pesos, por lo que en su contra pesa una orden de embargo.

Producto de esta situación ya fueron embargadas dos de sus cuentas corrientes. “En una cuenta del Banco Estado no había dinero. Y en otra cuenta del BCI, sólo habían 700 mil pesos”, comentó Marcelo Ulloa, abogado de los demandantes a La Cuarta.

Por su parte, Ramón Seguel defensor de la bailarina aseguró que “ella en realidad no tiene nada que ver en el tema. Es una simple causa civil sin ninguna relevancia como muchas de las que hay en el país. Lo cierto es que ella tiene una participación residual en el tema. Paga platos rotos nomás”.

Agregó que: “Ella fue aval de un contrato de arriendo y ya sabes qué pasa con los avales. Pagan platos rotos de otros. Ella la verdad es que no tiene mayor participación en esto. Hay una sociedad de por medio. Esa es la demanda. Y ella tiene participación tangencial. Irrelevante”.

Cabe precisar que el contrato de arriendo fue firmado entre Mozo y la sociedad Maitén Montenegro Estudio de Música, Danza y Actuación Limitada, representada legalmente por Jorge Rendic Capetanopulos, esposo de la artista, quien obró como aval.