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El fallecimiento de Antonio Rojas Morales, conocido como “Cachirupi”, ha impactado en las comunicaciones de la Región del Biobío. Con más de 40 años de trayectoria, deja un legado en la historia radial del sur de Chile y un emotivo recuerdo en sus seguidores. A sus 74 años, seguía recibiendo muestras de cariño y se destacaba por su calidez. Su carrera inició en los años 80 en Radio Interamericana, pasando por Radio Bío-Bío y Radio Punto 7, donde se convirtió en un ícono. Su apodo "Súper Cachirupi" se basó en un pájaro del norte de Argentina, dejando una marca indeleble en la radio local.
El fallecimiento de Antonio Rojas Morales, más conocido como “Cachirupi”, golpea con fuerza al mundo de las comunicaciones en la Región del Biobío.
Ícono radial penquista y dueño de una trayectoria que superó los 40 años, deja un legado imborrable para generaciones de auditores que lo siguieron fielmente.
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Hablar de él es recordar una parte importante de la historia radial del sur de Chile.
En su última entrevista, concedida al Matinal Nuestra Casa de Canal 9 BíoBío Televisión, el locutor habló con emoción sobre cuánto extrañaba su trabajo. “Tengo ganas de volver”, confesó.
Incluso se dio espacio para el humor: “No descarto retornar con un buen sueldo”, dijo entre risas, antes de pedirles a sus auditores un “cómico rezo” porque, según dijo, “ahí vamos a estar bendecidos”.
Carrera y su espíritu inquebrantable de Cachirupi
Cachirupi marcó a varias generaciones con su voz inconfundible. Durante décadas, su programa en Radio Punto 7 conquistó corazones y acompañó a miles de auditores en sus rutinas diarias.
Su pausa debido a problemas de salud conmovió profundamente a su audiencia, que siempre esperó su retorno.
Nacido en Coronel, donde vivió prácticamente toda su vida, fue reconocido como Hijo Ilustre en agosto de este año.
A sus 74 años -aunque insistía en que se sentía de 27- seguía recibiendo muestras de cariño constantes. Él mismo aseguraba que su mayor premio no fue ninguno formal, sino “el afecto de sus auditores”.
Una de sus frases más recordadas fue su clásico: “Aquí está su rubio, alto y de ojos intensamente azules”, broma que hizo creer durante años a muchas auditoras, hasta que finalmente lo conocieron en persona durante eventos, encuentros o fotos en redes sociales.
Para muchos, Cachirupi no era solo un locutor: era alguien que “curaba las penas con su voz”. Su calidez, cercanía y sencillez lo convirtieron en un verdadero pilar de la radio local.
Trayectoria profesional
Su carrera comenzó a inicios de los años 80 en Radio Interamericana de Concepción, donde trabajó como reportero. Luego pasó por Radio Caracol, hasta que en mayo de 1986 su voz grave y armoniosa llamó la atención de Nibaldo Mosciatti, fundador de Radio Bío-Bío, Radio El Carbón, Punto 7 y otros medios de comunicación.
Cachirupi se convirtió rápidamente en uno de los locutores más escuchados, al punto de que Bío-Bío Comunicaciones lo reclutó tras insistentes ofrecimientos.
Llegó a Radio El Carbón, donde se transformó en la voz favorita de los mineros de Lota. También tuvo un paso por Radio Bío-Bío en Concepción y en Temuco, antes de instalarse definitivamente en el espacio que consideró su hogar: la festiva y popular Radio Punto 7.
Su apodo también tiene historia. “El cachirupi es un pájaro del norte de Argentina, chiquitito y revoltoso”, contó alguna vez.
Tras conocer esa anécdota en Buenos Aires, decidió adoptarlo cuando necesitó un nombre artístico para su debut en la Interamericana. Así nació el “Súper Cachirupi”, apodo que lo acompañaría toda su vida.



