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Durante el panel “Mujeres que facturan” en el Festival Ruidosa, Kel Calderón compartió su trayectoria como creadora de contenido en Chile, desde sus inicios en la serie Karkú hasta su incursión en las redes sociales de forma casual. Recordó su primera colaboración con cupcakes y cómo el rubro se fue profesionalizando con la llegada de agencias y marcas, convirtiendo la industria digital en una verdadera profesión.
Durante el panel “Mujeres que facturan” del Festival Ruidosa, realizado este sábado en el Parque O’Higgins, Kel Calderón compartió parte de su experiencia como una de las primeras creadoras de contenido en Chile.
La abogada e influencer recordó que su vínculo con los medios comenzó desde muy joven, al participar en la serie Karkú y probar suerte en la música.
Sin embargo, explicó que su incursión en las redes sociales fue totalmente casual.
“Cuando partió Instagram era un pasatiempo. No se sabía en lo que iba a terminar. Nunca, en ese minuto, lo pensé como un negocio”, afirmó.
Kel rememoró que su primera colaboración fue completamente espontánea.
“Lo primero que me llegó a mi casa fueron unos cupcakes. Me los mandaron a cambio de que los posteara, y yo dije: ‘¡Mira qué regio, cupcakes gratis!’”, contó entre risas.
Con el tiempo, comenzaron a sumarse más marcas y amigas que vivían experiencias similares.
“Me acuerdo cuando llegó mi primera marca a ofrecerme maquillaje a cambio de un posteo. Ahí empezamos a entender que esto podía transformarse en un modelo de negocio, en un desarrollo de nuestra marca personal”.
Finalmente, destacó cómo el rubro se fue profesionalizando. “Al principio era inventar, improvisar, aprender en el camino. Después comenzaron a entrar las agencias y las marcas, y todo se volvió más establecido”, concluyó Calderón, reflexionando sobre cómo la industria digital pasó de la intuición a una verdadera profesión.



