Si hay algunos que piensan que hay sueños que se pueden convertir en realidad, este caso es la prueba de que claramente puede ocurrir. Esto porque siete hermanos y sus familias resultaron ganadores del Loto, gracias a uno de sus integrantes, quien soñó que recibiría un millonario premio.

Tal como lee, esta mujer llamada Marcela tras tener un sueño premonitorio, jugó en una agencia de San Ramón en representación de su familia, quienes ahora se repartirán un total de $4.417 millones de pesos.

La historia de esta familia parte cuando Marcela siendo niña, veía cómo Marta, su hermana mayor, jugaba habitualmente al Loto, costumbre que de un día a otro ella decidió seguir el pasado 28 de julio.

Compró un cartón del popular juego y escogió los números 5, 8, 12, 14, 18 y 22, casi todos al azar, excepto el ocho, día del cumpleaños de su madre, quien se encuentra postrada por un problema en una de sus piernas.

El resultado de esta aventura fue tan inesperado como millonario, Marcela (40) llevó la suerte a su familia, quienes se convirtieron en los ganadores del pozo más grande que el Loto Clásico entregara en los últimos siete años: 4.417 millones de pesos.

La interpretación de Pedro Engel

Todo partió una semana antes del sorteo, cuando Marcela soñó con excremento, algo que  popularmente se asocia a la abundancia y la llegada inesperada de importantes cantidades de dinero.

Según el ancestrólogo Pedro Engel, “tiene que ver directamente con la plata y eso viene de los antiguos alquimistas en Praga, que extraían excremento petrificado y a partir de eso empezaban a hacer alquimia partiendo desde lo más sucio hasta llegar a purificarlo y transformarlo en oro”.

Al sueño de Marcela se sumó el que días antes tuvo una de sus sobrinas, quien soñó con una figura del tarot, la Reina de Copas, a la que se le atribuyen características como la compasión, la honestidad y la conexión con los otros a través de los sentimientos.

La decisión que cambió su vida

“Voy a jugar un Loto antes de ir a ver mi mamá”, dijo Marcela ese sábado de julio, un día antes del sorteo que le cambiaría la vida a ella y su familia de 35 personas. “Me parecía extraño el sueño, pero no le di importancia, reuní moneda por moneda los 1.000 pesos, tenía que hacerlo porque mi hermana que era la que siempre jugaba justo para ese sorteo no lo había hecho”, agrega la mujer.

Si bien al principio creyó que era un error, fue finalmente la madrugada del miércoles 01 de agosto que lo confirmó y esa misma mañana se dirigió a las oficinas de Polla.

Fueron distintos los factores y problemas que separaron a estos hermanos en el transcurso del tiempo, sin embargo, hoy la suerte y los números escogidos por Marcela los vuelven a reunir.

En ella y todos sus hermanos se repiten anhelos simples y parecidos: darle un mejor pasar a sus cercanos, una vejez digna a su madre e invertir bien sus flamantes fortunas.

Cabe mencionar que todos los nombres de esta historia son ficticios, tal como lo pidió la famila ganadora.