La crisis sanitaria nos ha hecho modificar diversas rutinas de nuestra vida. El lavado de manos de manera mucho más frecuente, la utilización de mascarilla, el dejar de saludarnos de beso e incluso el cómo estamos durmiendo durante los últimos meses. 

De acuerdo a un análisis realizado por Corpa Estudios de Mercado en septiembre del año pasado, un 51% de chilenos pertenecientes a la región Metropolitana aseguró que su calidad de sueño ha empeorado durante el último año. 

Considerando el estrato socioeconómico, los más afectados son las personas pertenecientes a la clase media y baja. Estos expresan en un 54% que su sueño ha empeorado, mientras que en los estratos ABC1 y C2, esa cifra llega a un 44%.

En cuanto al género, los hombres declararon que su sueño ha empeorado en un 58% y las mujeres en un 44%.

Para Luis Pino, director de carrera de la Escuela de Psicología de Universidad de Las Américas (UDLA), “es indudable que la pandemia ha generado dificultades para manejar la higiene del sueño, es decir, una serie de conductas y rituales que permiten inducir el dormir y que no estarían funcionando”.

Recomendaciones

De acuerdo al estudio, un 57% calificó como malo o muy malo su dormir. Las principales razones para evaluar de forma negativa son despertar en la noche y con sueño al día siguiente.

En ese sentido, el profesional entregó a Página 7 una serie de consejos para volver a conciliar el sueño. “Para continuar un buen dormir y que el sueño sea reparador, se sugiere visualizar objetos que distiendan o situaciones que relajen”, inició.

“Por ejemplo, pensar en amigos o familia que nos hayan dado contención, en sensaciones similares al alivio del dolor y evitar la rumiación, es decir, pensar una y otra vez alguna contingencia para no entrar en una espiral de activación y tensión”, añadió.

En ese sentido, recomendó la técnica cognitiva de intencionar ensoñaciones. “Imaginar un episodio placentero, de distensión, como caminar por la naturaleza, parque o playa”, dijo.

Del mismo modo, advirtió sobre los beneficios de disminuir la tensión de ciertas partes del cuerpo para llegar a una eventual relajación mental.

“Ayuda mucho intentar relajar segmentos finos como mandíbula, cuello y músculos del rostro, para luego pasar a segmentos musculares gruesos, lo que se denomina relajación muscular progresiva y, de esta manera, pasar de la relajación somática o corporal a la relajación mental”, indicó.

En la misma línea, el académico aconsejó usar técnicas de relajación asociadas al control de la respiración, conteniendo el aire y exhalando suavemente.

Causas

Según el especialista, el despertar de súbito se relaciona con varias causas, entre ellas, algunos problemas neurológicos, terror nocturno, apnea del sueño, situaciones que generen estrés, uso de medicamentos, tabaquismo o consumo de alcohol.

“O sencillamente una mala higiene del sueño por ingesta de comida al momento dormir y el uso de dispositivos electrónicos como celulares, computadoras y televisores que, además, poseen luz azul, la cual aumenta la vigilia”, avisó.

El psicólogo también hizo hincapié en la dificultad para poner límites al espacio del hogar, que normalmente estaba claramente delimitado.

“Ahora todo coexiste en un mismo lugar: trabajo, juego y educación. Por tanto, lo mínimo que va a ocurrir son trastornos asociados a la conducta del dormir, conciliación del sueño, mantención del sueño y descanso reparador”, señaló.