Para nadie es desconocido que Meghan Markle no está muy preocupada respecto a seguir reglas y protocolos establecidos en la realeza británica hace decenas (o incluso cientos) de años.

Prueba de ello son las incontables veces que ha roto estas normas en eventos sociales, donde ha lucido escotes, no ha usado pantys, y ha dejado ver partes de su cuerpo con ciertos atuendos. Situaciones que no son del total agrado de la familia real.

En esta ocasión, una visita a Fiji realizada en octubre por el príncipe Harry y Meghan Markle reflotó en algunos medios británicos debido a unos lujosos aretes que usó en esa ocasión y que la hicieron romper una nueva regla.

Se trata de unos zarcillos en forma de lámpara que combinó con un vestido azul. El tema es que el precio de esos aretes supera los 570 mil euros, es decir, los $400 millones de pesos, y fueron prestados.

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Cabe señalar que la familia real británica tiene prohibido aceptar joyas prestadas, información que al parecer no le llegó a Markle o que simplemente ignoró.

Los aros pertenecen a la firma china Butani, según consignó el Daily Mail, y celebridades como Sofía Vergara, Rihanna, Angelina Jolie y la exprimera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, han sabido lucir bien algunos ejemplares.

En ese entonces, el Palacio de Kensington reconoció que los zarcillos de Meghan eran prestados pero no entraron en mayores detalles.

En tanto William Hanson, experto en protocolo, señaló al medio en cuestión que “para los grandes eventos nocturnos, la realeza generalmente utiliza joyas lujosas, pero siempre propias” y que “cuando se trata de otros compromisos menos vistosos, lucen prendas más discretas y sutiles, a excepción de anillos”.

Por lo anterior, solo sabemos que la exactriz rompió nuevamente las reglas y que de seguro no será la última vez.