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People | Imagen de contexto | Captura de X
Un ex empleado del restaurante Hereford House en Kansas fue condenado a 11 años y 4 meses de prisión por contaminar alimentos con fluidos corporales antes de servirlos a los clientes. Jace Hanson, el responsable, filmó más de 20 videos orinando, escupiendo y manipulando la comida, publicándolos en redes sociales como "Vandalizer", lo que llevó al FBI a intervenir. Además, se encontró material de abuso infantil en sus dispositivos electrónicos. El restaurante cerró por la crisis, con cientos de denuncias de intoxicación alimentaria y demandas civiles.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesUn indignante caso se destapó en Leawood, Kansas (EE.UU.), luego de que un extrabajador del restaurante Hereford House fuera condenado a 11 años y 4 meses de prisión tras admitir que contaminó alimentos con fluidos corporales antes de servirlos a los clientes.
El responsable, identificado como Jace Hanson, trabajó en el exclusivo restaurante —reconocido por su carne de alta calidad— entre marzo y abril de 2024, detalla el medio People.
Durante ese mes, registró más de 20 videos donde se lo veía orinando en la comida, escupiendo en platos, pisando alimentos e incluso frotándolos contra partes de su cuerpo.
El propio Hanson subió las grabaciones a redes sociales bajo el seudónimo de “Vandalizer”, lo que llevó a que un usuario reportara el contenido al FBI.
Durante el proceso judicial, las autoridades encontraron en sus dispositivos electrónicos material de abuso sexual infantil, lo que agravó considerablemente los cargos.
El detective de la policía de Leawood, describió las imágenes como “el material más brutal y violento de abuso infantil que he visto en mi carrera”, según recogió el Johnson County Post.
Finalmente, el pasado 9 de octubre de 2025, se le impuso la pena máxima permitida por la ley de Kansas: 11 años y 4 meses de prisión, tras ser declarado culpable de 33 cargos, entre ellos 22 por amenazas criminales, uno por daños a la propiedad y 10 relacionados con explotación infantil.
El escándalo provocó una ola de denuncias y demandas civiles contra el restaurante, que cerró sus puertas definitivamente el 3 de agosto de 2024 alegando dificultades financieras derivadas del caso.
“Las ventas se desplomaron en cuanto la noticia apareció en la prensa. Básicamente, destruyó nuestro negocio”, declaró la copropietaria del restaurante.
Según medios locales, la policía recibió cerca de 400 denuncias por presunta intoxicación alimentaria tras la viralización de los videos, lo que obligó a las autoridades a realizar más de 130 entrevistas durante la investigación.