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Un estudio danés con más de 1,2 millones de niños durante 24 años descarta vínculos entre vacunas infantiles y 50 enfermedades crónicas. Liderado por Anders Hviid, la investigación publicada en Annals of Internal Medicine confirma la seguridad de las vacunas. No se encontró aumento de riesgo por exposición al aluminio en las vacunas, que actúa como adyuvante y ha sido usado por décadas de forma segura. Cada año, las vacunas salvan 4 millones de vidas, y los expertos esperan disipar dudas sobre su seguridad con estos hallazgos.
Desarrollado por Bío Bío ComunicacionesUn estudio danés analizó a más de 1,2 millones de niños durante 24 años y descartó cualquier vínculo entre las vacunas infantiles y 50 enfermedades crónicas, como el autismo, el asma o trastornos autoinmunes.
La investigación, publicada en Annals of Internal Medicine, estuvo liderada por Anders Hviid, del Statens Serum Institute.
"Nuestros resultados son alentadores. Al analizar datos de más de un millón de niños daneses, no encontramos ningún indicio de que la mínima cantidad de aluminio utilizada en el programa de vacunación infantil aumente el riesgo de 50 problemas de salud diferentes durante la infancia", afirmó el investigador.
El equipo revisó registros nacionales de salud y vacunación entre 1997 y 2020. Comprobaron que las vacunas con sales de aluminio no aumentan el riesgo de alergias, enfermedades autoinmunes ni alteraciones neurológicas.
"Este es el primer estudio de esta escala y con análisis tan exhaustivos, y confirma el sólido perfil de seguridad de las vacunas que hemos utilizado durante décadas en Dinamarca", afirmó Hviid.
Los expertos también evaluaron si existía una relación dosis-dependiente entre la exposición a sales de aluminio y los problemas de salud. No hallaron evidencia de un mayor riesgo, incluso cuando se administraban varias dosis.
"Es muy importante que los padres entiendan que no estamos inyectando metal a los niños", señaló Hviid a NBC News. De hecho, recalcó que las sales de aluminio funcionan distinto al metal puro y se han usado de forma segura durante más de 70 años.
El aluminio actúa como adyuvante, es decir, potencia la respuesta inmunológica de algunas vacunas. Su uso data de la década de 1930 y ha sido aprobado por organismos internacionales de salud.
El informe detalla que un bebé vacunado recibe solo 4,4 mg de aluminio en seis meses, menos que los 7 mg presentes en la leche materna o los 38 mg en la fórmula infantil. La OMS asegura que estos niveles están muy por debajo del umbral de riesgo.
Cada año, las vacunas infantiles salvan cerca de 4 millones de vidas. Con estos resultados, los científicos esperan disipar cualquier duda sobre su seguridad.