Un estremecedor hecho sacudió a la ciudad de Chicago, en Estados Unidos, luego que una niña de sólo siete años fuera víctima de abuso sexual, en plena transmisión de una clase online.

Si bien el micrófono se encontraba apagado, el agresor, Catrell Walls, un joven de 18 años, no se percató que la cámara seguían encendida durante un receso y fueron los propios compañeros de la menor de edad, quienes se percataron de que algo pasaba, dando aviso a la profesora.

Fue esta quien inmediatamente pidió a sus estudiantes que se desconectaran, dando aviso a la policía, al director de la escuela y al Departamento de Servicios para Niños y Familias de Illinois, consignó el medio local Chicago Tribune.

Tras esto, el perpetrador fue arrestado y será procesado bajo los cargos de agresión sexual criminal. Mientras era detenido, decía “no sé por qué. Lo siento. Lo siento”.

Andrea Turano, fiscal que investiga el caso, señaló que Walls mostró en todo momento desprecio por los niños y una “insensibilidad desenfrenada por la vida humana”. Además, la víctima reveló que llevaba siendo abusada hace un año.

“Me hizo poner mis labios sobre (él) y esto ha pasado antes, y no quiero que mi papá lo sepa, es un secreto“, dijo Turano, citando a la pequeña víctima.

Defensa

De acuerdo al mencionado medio estadounidense, la defensa del imputado señaló que no tiene antecedentes de crímenes sexuales o crímenes violentos y que fue diagnosticado con un trastorno que afecta su capacidad para controlar sus impulsos y concentración. “Es algo así como una discapacidad”, aseguró el abogado.

Asimismo, hizo hincapié en que su defendido lleva una vida normal: trabaja 40 horas a la semana en la construcción y tiene “lazos familiares extensos” con su familia y otros parientes, por lo que no es un riesgo de fuga, argumentaba, antes de que le fuera negada la libertad bajo fianza.

El juez Charles Beach, informó que tomó esta determinación, ya que el acusado “actualmente en libertad bajo fianza por un delito grave”.

Por último, Janice Jackson, directora ejecutiva de las Escuelas Públicas de Chicago lamentó este hecho, el que calificó como “inquietante”.

“Sabemos que estas cosas no han dejado de ocurrir, pero lo que ha sucedido es que hay menos ojos vigilantes para garantizar de que estén seguros“, cerró.