La pérdida del olfato es considerada como uno de los síntomas del COVID-19. Sin embargo, muchas veces puede tratarse de otra enfermedad o condición.

En este contexto, el doctor Miguel Fresnillo, del Instituto de Otorrinolaringología IOM, señala al medio El País, que la mayoría de las veces, este síntoma no implica ninguna patología grave.

De este modo, el especialista comenta que puede tratarse de síntomas muy frecuentes derivados de resfríos, catarros e infecciones virales.

(El virus) entran por las vías respiratorias y lo primero que encuentran es la nariz. El nervio olfatorio comparte núcleo con el del gusto, de tal manera que cuanto pierdes el olfato, pierdes el gusto en mayor o menor medida”, describe Fresnillo.

De acuerdo a las causas más comunes de la pérdida del olfato, Eric Holbrook, otorrino de Harvard, detalla que puede ocurrir como el resultado de una infección de las vías respiratorias superiores, lesiones en la cabeza, enfermedad sinusal crónica y envejecimiento.

Además, comenta que un origen común, es la rinitis por alergia al polen, según un estudio realizado por investigadores del Hospital Municipal de Badalona y el Clínic de Barcelona en 2008.

FreePiks
FreePiks

Cabe señalar que la hiposmia, es otra alteración en el olfato, y sus posibles causas son enfermedades nasales o paranasales. Asimismo, puede ser producido por “terapias con radiación y exposición a toxinas como el humo del cigarrillo, entre otras”, describe Fresnillo.

“Una de las primeras cosas que señalan las personas que han dejado de fumar, es que empiezan a percibir olores que antes no percibían“, ejemplifica el especialista.

Otra distorsión, es la parosmia, donde los olores huelen drásticamente diferentes a como las personas lo recordaban.

Asimismo, puede tratarse de una alucinación olfativa, llamada fantosmia. “Se huele un olor que no está presente (…) Afecciones como la enfermedad de Alzheimer o la de Parkinson pueden estar asociados con la pérdida del olfato“, advierte finalmente Holbrook.