El pasado viernes, Catriel Gómez salió con sus amigos y regresó de madrugada. Agotado de la reunión, puso a cargar su celular, mientras revisaba algunas cosas en el dispositivo y no se dio cuenta cuando se quedó completamente dormido.

El despertar fue una pesadilla: sintió un fuerte ardor y entonces se percató que su celular, aún enchufado, había explotado en su mano y su cuerpo estaba en llamas.

El joven trasandino recibió la ayuda de su hermana, que se encontraba en la misma habitación. Rápidamente fueron al baño, en donde pudieron apagar el fuego presente en el cuerpo de Catriel, quien quedó con varias quemaduras.

“Me desperté y estaba en llamas. El líquido de la batería me quedó pegado”, confesó el afectado al medio argentino El Doce. “Me quedaron ampollas desde las piernas hasta las axilas”, agregó.

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Tras vivir esta traumática experiencia, Catriel fue de urgencia a un centro asistencial, en donde le quitaron el líquido ácido de la batería que le había quedado adherido. “Pasaron más de tres horas desde que explotó, era impresionante lo que me ardía”, explicó Catriel.

“En el hospital me dijeron que nunca habían visto algo así, estaban todos sorprendidos”, agregó Gómez, quien también hizo un mea culpa y entregó una recomendación para que nadie más pase por lo mismo.

“Nunca hay que dormir con el celular encima. Nunca sabes lo que va a pasar”, escribió en su Facebook.

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