Este miércoles se dio a conocer la condena de los imputados por el bullado portonazo que sufrió Rafael Araneda y su familia en agosto de 2017.
Andrés Montero Borges (20) y Nicolás Villagra Toledo (19), fueron condenados por el delito de robo con intimidación y fueron sentenciados a 8 años de presidio.
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Tras conocerse la condena, Marcela Vacarezza publicó en su Twitter sus impresiones del cierre de juicio y decidió aclarar algunos temas, debido a algunas críticas que ha recibido.
“8 años de cárcel para dos de los delincuentes que entraron a nuestra casa. Para quienes dicen que esto es porque somos conocidos les quiero decir lo siguiente, ojalá lo lean”, comenzó el mensaje de la psicóloga.
El primer punto que destacó Vacarezza fue que de los seis delincuentes involucrados en el robo, solo tres fueron detenidos. Luego, indicó que gracias a las cámaras de seguridad lograron identificarlos porque llevaban la cara descubierta.
Además, agregó que uno de los tres detenidos fue dejado en libertidad tras un año y medio en prisión preventiva, “porque no bastó el reconocimiento frente a frente que hizo Rafael de él”.
“El delito no es ‘portonazo’, sino que robo con intimidación porque hubo ingreso al hogar lo que tiene penas más altas. Se pidieron de 10 a 15 años (sentencia que el delito permite) no solo por nuestro caso, sino por una seguidilla de robos asociados que ellos tenían a su haber y que pudieron demostrarse”, aclaró la panelista de Muy Buenos Días.
Respecto a los abogados, Marcela señaló que no los pagaron porque la municipalidad de Vitacura tiene sistema de protección a víctimas, iniciativa que, aseguró, otros alcaldes deberían copiar. “No puede ser que los delincuentes tengan defensa y no las víctimas”, expresó.
“Nosotros cerramos un capítulo. Hicimos todo lo posible junto a la fiscalía y los abogados. La justicia actuó. No era lo que se pedía, pero 8 años no es menor. Por lo menos será un periodo en el que no estarán en la calle haciendo de las suyas”, declaró.
Por último, la psicóloga agradeció a todas las personas que empatizaron con ellos y le enviaron mensajes de apoyo desde el día 1. “Jugamos las reglas del juego y estamos tranquilos. Capítulo cerrado y ojalá no venga otro y el libro se cierre con este”, concluyó.
