Cony Capelli sinceró dura experiencia que vivió en su formación de bailarina: “No quiero ensuciar…”

En el nuevo capítulo de Podemos Hablar, Cony Capelli abrió su corazón y habló sobre su pasado en la danza y los duros momentos que enfrentó durante su formación artística.

La actual Fiebre de Baile y ex ganadora de Gran Hermano Chile reflexionó sobre lo que ha significado reencontrarse con la vocación que estudió desde los 8 hasta los 18 años.

“Bailar ha sido reconectarme con esa Cony de los 15 años. Esta competencia ha sacado de mí lo mejor. Me siento en el mejor momento de mi vida”, contó la artista.

“Estoy viviendo lo que fue para mí el cierre de una carrera que nunca pude ejercer”, complementó.

Sin embargo, Cony Capelli también recordó que esa etapa estuvo marcada por exigencias extremas y prácticas que hoy reconoce como dañinas.

“No quiero ensuciar la danza (…), pero sí se viven muchas cosas. Enfrentar desde muy pequeña todo lo que tiene que ver con lo físico, pesar 50 kilos, tener ciertas dimensiones, tienes que explorar tu sexualidad desde muy pequeña para interpretar papeles de adultos”, reveló.

Cony Capelli reveló malas prácticas que enfrentó en la danza: “Nos decía que miráramos pornografía”

Uno de los episodios más duros que compartió la bailarina fue cuando un profesor instó a ella y a su pololo de aquella época ver pornografía para lograr una interpretación “más erótica” en una coreografía.

“Yo tenía que interpretar a un gatito y yo tenía en ese minuto a mi pareja de ese entonces. Yo estuve pololeando desde los 13 a los 18 (años) con mi primer pololo, mi primer amor y él también bailaba”, comenzó a relatar.

“Esta danza que era como gatuna lo hacíamos como tierno porque yo tenía 15 años, 14 años, y todavía era muy ingenua (..). De repente nuestro profesor (…) nos decía que miráramos pornografía para volverlo más erótico y nos decía: ‘¿Ustedes tienen relaciones sexuales? ¿tienen sexo?’”, continuó.

Ante el impacto de sus declaraciones, Diana Bolocco intervino para recordarle que ese tipo de conductas son inaceptables. Cony coincidió y agregó que, pese a todo, la danza fue un refugio en su vida.

“No es que lo normalice, pero a mí la danza me salvó de algo mucho peor que estaba en mi casa (…). Yo rescato lo bueno”, finalizó Cony Capelli.