Jueza que liberó a sicario se molestó en TV: se descargó por "preguntas tontas" de periodista

Durante la mañana de este miércoles, el periodista Karim Butte logró conversar en exclusiva con Irene Rodríguez, la jueza que por estos días está en el foco mediático por su participación en la liberación del sicario Osmar Ferrer.

Así, el contacto establecido con el equipo de Mucho Gusto, llamó la atención desde un inicio por la peculiar forma en que se desarrolló.

Y es que la entrevista se realizó desde el exterior de la casa de la magistrada, con el periodista agachado junto al portón y ella sin mostrarse ante las cámaras.

¿Qué dijo la jueza sobre las acusaciones de haberse quedado dormida?

Allí, la jueza Rodríguez decidió dar su versión acerca de los errores que permitieron la fuga del imputado y sobre las acusaciones que la apuntan de haberse quedado dormida en el juicio.

Sobre esto último, evidentemente molesta, Irene expresó: “Oye, qué poco aporta eso (…) ¿Por qué inventan cosas tan nimias, o a veces nadie cierra los ojos para seguir escuchando? Si yo me hubiera quedado dormida, no hubiera resuelto lo que resolví, con el ímpetu que lo hice", señaló.

“Yo creo que todos estaban conformes con lo que hice, entendí yo. Y ahora dicen, ‘no, es que usted se quedó dormida’. ¿Sabes qué? Eso lo encuentro de tan, pero con tan poco criterio. De bajo nivel”, agregó.

Ya ofuscada por las preguntas y la insistencia de Butte, la jueza finalizó la conversación de manera abrupta.

“Yo no me quedé dormida, estuve siempre atenta a la audiencia, y tú empiezas con esas preguntas. Actué bien, firmé lo que correspondía. Por eso no me gusta que empiecen con esas preguntas tontas… así que chao”, sentenció.

La versión de la jueza por liberación de sicario

Eso sí, antes de que pusiera fin a la entrevista, la magistrada alcanzó a referirse a los cuestionamientos por la libertad del sicario.

Así, según explicó, todo se debió a un problema técnico con el sistema judicial.

“El sistema no permite hacer enmendaduras, sobre todo cuando el documento ya está firmado”, señaló. “Ya estaba firmado, no se pudo revertir para hacer una corrección sin dejar sin efecto la orden. Como son hitos, hay que anular la orden de prisión preventiva para emitir una nueva con el nombre bien escrito”.

En ese sentido, la jueza insistió en que no hubo intencionalidad en el hecho: “No hubo nada de dolo, nada. Jamás tuve la intención de liberar al imputado, ni recibí ningún pago ni presión”, aseguró.

Además, reconoció que no se percató del error en el apellido al momento de firmar: “Fue un asunto que en general pasa. No me había dado cuenta del error”, reiteró.