Mañana martes, a las 9 de la noche, REC TV reestrenará una de las teleseries más recordadas y exitosas de la historia de la televisión chilena: Ángel Malo, emitida originalmente en 1986.
La trama estuvo protagonizada por una joven humilde, Nice (Carolina Arregui), que se enamora de un hombre millonario, Roberto Álvarez (Bastián Bodenhöfer), y se centra en la lucha de ella por estar junto a él y, de paso, lograr tener una mejor calidad de vida.
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Acerca de este gran reestreno, el intérprete de Roberto destacó que “encuentro que es una bonita iniciativa, así que felicito al canal por volver a ponerla en pantalla”.
Además, agregó que dicha teleserie “forma parte de nuestra historia, es un lindo material que refleja aquellos años de nuestra historia. Es un ejercicio de memoria que hay que hacer y ver”.
La icónica muerte en Ángel Malo
Algo con lo que impactó fuertemente Ángel Malo fue su desenlace, en donde en una escena de alto impacto, Nice muere luego de dar a luz.
Bodenhöfer comentó que “Óscar (el director) supo muy bien cómo hacer esa escena. Ese día llegamos al set y se hizo ensayo de la planta de movimiento, que es la coreografía, para conocer movimientos y planos”.
“La idea era hacer varios ensayos técnicos para que los que estaban detrás de cámara tuvieran muy claro lo que tenían que hacer y no hubiese algún error mientras grabábamos, es decir, que no se cruzara un micrófono o apareciera una sombra”, reveló.
También, explicó que “él quería una toma única. Y luego de eso nos llevó a una salita con Carolina y nos mostró un compilado de todas las escenas lindas de nuestros personajes: escenas de risas, de felicidad, de besos y de amor, y con eso dijo ‘grabemos'”.
“Eso técnicamente en actuación se llama tensión heroica. Eso funcionó perfecto en este caso, en el momento de la muerte, que es la separación eterna. Implicó recordar los momentos felices”, manifestó.
El protagonista de Ángel Malo confesó que le encantó ese final, “y eso nos sorprendió a todos”.
“Ella tenía que morir, le dio un toque totalmente contrario al molde de la escuela norteamericana con el que nos criamos como telespectadores, a la estructura que implicaba happy end…”, aseguró.
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