Francisco Pérez-Bannen confesó haber pasado una complicada situación que perfectamente lo pudo dejar en la calle. Así de grave fue lo que vivió el actor que fue víctima de una estafa económica que nació a partir de un emprendimiento.

Fue en el programa Síganme los buenos, espacio conducido por Julio César Rodríguez, que el exprotagonista de Soltera Otra Vez 3 explicó el complejo escenario que vivió a raíz de una sociedad comercial que tenía en Valparaíso, ciudad en la que planeaba vender pescados y mariscos gracias a un frigorífico.

“Necesitaríamos cuatro programas para que yo pudiera explicar el perfil de ese tipo (el estafador) (…) No había nada en todo lo acordado, en todo lo estipulado, en todo lo que en principio estaba conversado”, partió comentando el actor.

Según lo consignado por Glamorama, Pérez-Bannen puso el capital y su supuesto colega los contactos para sacar adelante el negocio. El problema fue que en cuestión de dos meses, el actor se dio cuenta de la grave situación que se había generado.

“De repente me encontré con que había una pequeña capa superficial de una aparente normalidad, pero debajo de eso ¡Oh, hueón! ¡Era el caos total! Que hasta los cables de la luz eran usados, hueón. De ese toque. Cuando te la hacen”, lanzó Francisco, quien ahora cuenta la terrible historia entre risas.

Fue tan complicada la situación, que “si hubiera estado un año metido con este cabro quedo en la calle”, aseguró el actor, quien tenía la idea de crear un centro cultural en la superficie del frigorífico. “En dos o tres meses saltaron los tapones al tiro. Logramos intervenir ahí y salir del tema, pero el tipo armó unas cuentas bipersonales con su mujer. Consiguió créditos con proveedores por millones y millones, y abonaba de a pocas lucas, todo un tinglado”, agregó.

Francisco reconoció que rápidamente un asesor financiero le advirtió de la situación, por lo que pudo terminar a tiempo con la sociedad.

De hecho, el actor comentó qué fue lo último que le dijo el asesor antes de que explotara todo: “Me dijo: ‘mira, yo no te apaño más con esto, porque esto no está bien. Y si no hacemos algo aquí te puedes encontrar con una cagá de palabras mayores’. Ya a los tres meses era una cagá de palabras mayores”, concluyó.