En octubre pasado la ex lectora de ‘El tiempo’ de Chilevisión, Daniela Urrizola, volvió a Chile luego de estar cerca de siete meses recorriendo Europa.

La comunicadora y exintegrante de Calle 7 dejó toda su vida en Santiago para partir junto a su esposo, el periodista César Norambuena.

La pareja recorrió diversos países, y en junio pasado se instalaron varias semanas en Moscú, Rusia, desde donde realizaron varias notas del “lado B” de la Copa Confederaciones 2017, para Mega y CHV. “Llevo dos meses y medio de recorrido“, comentó en esa ocasión a BioBioChile, agregando que ya había visitado lugares como Edimburgo, Londres e Irlanda.

Lo de viajar por el mundo es algo que siempre quise hacer y con mi marido amamos viajar (…) queríamos hacer algo loco y renunciamos a todo. Nos vinimos a lo gitano, un día en un lugar y otro día en otro“, comentó.

Durante esa experiencia aprovecharon sus habilidades y también prepararon material audiovisual relacionado a viajes, y algo de eso se pudo ver en el programa Sabingo de CHV.

No obstante, dentro de esa experiencia hubo un detalle con el que no contaba la comunicadora y que de seguro para muchas mujeres es algo ‘imperdonable’. Y es que Daniela, quien además estuvo como invitada durante toda esta semana al matinal de CHV, confesó que pasó siete meses sin depilarse la zona del bozo.

Algo de eso había comentado ya en el programa de La Red Yo invito, sin embargo, en Página 7 quisimos saber un poco más sobre esa ‘peculiar’ experiencia.

Lo que pasó es que yo siempre me depilaba la parte del bozo con cera, y resulta que en Europa ya no se usa ese método“, señaló a nuestro portal, agregando que en el viejo continente lo más popular es la depilación láser.

Por lo anterior, Urrizola decidió comprarse ‘tiritas de banda en frío’, lo que ella misma catalogó como un ‘gran error’. “Me sacó dos pedazos enormes, onda heridas en cada bigote, y como era verano me quedó una cicatriz“, agregó.

De este modo, Daniela confesó a Página 7 que para que esa zona afectada no se tiñera “no pude volver a depilarme hasta hace dos semanas“.

Y esa no fue la única anécdota que vivió durante su larga estancia en el extranjero, ya que cuando estaba en Edimburgo, ella y su marido quisieron ir a una fiesta en unas catacumbas, sin embargo, se llevaron un tremendo susto. “¡Fue horrible! Cuando llegamos al final de las catacumbas, tipo dos de la madrugada, quedamos para dentro porque nos pillamos con una sesión de espiritismo tipo Ouija ¡Al final todos salimos corriendo, fue terrible!“, recordó.