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A una semana del cambio de hora en Chile el 6 de septiembre, se destaca la posible influencia en la población neurodivergente, con énfasis en las personas con autismo y TDAH. La neuróloga Melissa Álvarez advierte que este ajuste puede representar un desafío adicional para este grupo, considerando que en el país hay alrededor de 3,8 millones de personas neurodivergentes. La especialista recomienda realizar ajustes graduales y conscientes para minimizar el impacto en el sistema circadiano y reducir el estrés durante la adaptación al nuevo horario.
Falta una semana para que se efectúe el cambio de hora en Chile. En efecto, el próximo 6 de septiembre los relojes deberán adelantarse una hora.
Esto no sólo afectará la rutina diaria de cada habitante del país, sino que también podría tener un impacto directo en la población neurodivergente.
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Al respecto, la neuróloga Melissa Álvarez ahondó en los efectos que este cambio de hora tendrá en las personas que adelanten su reloj de las 23:59 a las 01:00 horas.
“Sí, las personas neurodivergentes suelen verse más afectadas por los cambios de hora. Por eso es clave anticiparse y realizar ajustes graduales”, señaló en un comunicado la directora del Centro Neuro Estímulo.
En ese sentido, la experta aseguró que las personas que viven con autismo, TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad) u otras condiciones del neurodesarrollo, el cambio de hora puede significar un desafío extra.
Lo anterior considerando que en Chile el número de personas con autismo en el sistema educativo, la mitad con discapacidad certificada, según datos del Ministerio de Educación.
Por otra parte, se estima que el TDAH afecta al 15% de los
escolares entre 4 y 11 años, mientras que entre los 12 y 18 años disminuye a un 4,5%.
En tanto, a nivel internacional, se calcula que hasta un 20 % de la población es neurodivergente, lo que en Chile equivaldría a unos 3,8 millones de personas.
Consejos para el cambio de hora
En esa línea, Melissa Álvarez entregó algunos consejos para adaptarse a este nuevo horario.
- Ajuste progresivo del horario: adelantar o retrasar la hora de acostarse y levantarse en intervalos de 10 minutos por día, a partir de una o dos semanas antes del cambio.
- Manejo de la luz: aprovechar la luz natural en las horas adecuadas para regular el ciclo circadiano y, si es necesario, usar iluminación artificial estratégica.
- Rutinas estables: mantener horarios consistentes de comida, actividad física y descanso para reducir el impacto del cambio.
En esa línea, la especialista enfatiza que no se trata solo de un cambio en el reloj, sino de un ajuste biológico que afecta el sistema circadiano.



