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La historia viral de Muñeca, una gatita con comportamientos similares al autismo, ha generado debate en redes sociales. Su dueño la describe como diferente a otros gatos, lo que llevó a un veterinario a sugerir autismo, aunque expertos indican que no se puede diagnosticar este trastorno en animales. Aunque no exista una clasificación para el autismo en gatos, estos casos invitan a reflexionar sobre la comunicación animal y a aceptar las diferencias, incluso en nuestras mascotas.
En redes sociales, especialmente en TikTok, se ha vuelto viral la historia de Muñeca, una gata con comportamientos que su dueño relaciona con el Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Saltos inesperados, poca interacción social y movimientos repetitivos han llevado a muchos usuarios a identificarse con ella o a decir que su propio gato “también es autista”.
Pero, ¿es posible diagnosticar autismo en gatos? ¿O estamos humanizando comportamientos felinos que no entendemos del todo?
Muñeca, la gata "autista"
Según cuenta el dueño de la gatita, Alfredo Finamor, en su TikTok, él llevó a Muñeca al veterinario y le dijeron que "tenía características de autismo".
"Es una gata que vive en su mundo, no actúa como los otros gatos, no salta, no es curiosa. No tiene las típicas reacciones de un gato", relata Alfredo.
Él cuenta que adoptó a muñeca cuando era muy pequeña y que, desde el primer momento, notó que tenía un comportamiento "bastante extraño". "Chocaba con las paredes, se quedaba viendo lugares fijamente, no se subía a la cama ni saltaba a los muebles", explicó.
Fue cuando la llevó al veterinario a ponerle sus vacunas, que un profesional le diagnosticó autismo. "Yo no sabía que los animales también podían tener autismo. Es una gata feliz, la cuido como si fuera mi hija porque ella es mi muñeca", declaró.
El autismo en gatos no se puede diagnosticar
En conversación con Ana Francisca Soto, vocera del Colegio Médico Veterinario de Chile, nos comentó que "no se puede diagnosticar autismo en gatos y perros".
Este trastorno del neurodesarrollo está definido por criterios específicos que requieren evaluación del lenguaje, comunicación social y patrones de comportamiento complejos, "cosas que no se pueden medir de la misma forma en animales", explica.
La comunicación animal es diferente, "perros y gatos tienen formas distintas de comunicarse y relacionarse, a veces las diferencias entre la misma especie parecieran ser similares a comportamientos autistas, pero se relacionan con problemas de estrés o sociabilización", detalla.
Entonces, ¿qué pasa con Muñeca?
En palabras de la especialista la neurodivergencia en animales, tanto en perros como en gatos, no está bien definida y no se puede diagnosticar, "existen algunos estudios preliminares, pero no está comprobado".
Los animales pueden tener trastornos neurológicos o de conducta, pero no existe una clasificación equivalente al autismo de humanos en veterinaria, asegura la especialista.
"En general se utilizan algunos términos para definir algunos tipos de conductas compulsivas, estereotipias o diferentes tipos de ansiedad para describir estas conductas, pero no forman parte de un patrón", detalla Soto.
