A través del programa Tal Cual, Raquel Argandoña contó detalles de la historia detrás de la pérdida de su costoso reloj en la aduana panameña al regreso de un viaje a Aruba.
Según dijo, se trataba de un Rolex que se compró en Dubai cuando cumplió 60 años, y el último registro en el que aparecía con él fue durante la grabación de una nota con la empresa de transportes con la que trabaja.
"Nos subimos al avión, porque había que hacer escala en Panamá. Llegamos ahí y teníamos muy poco tiempo para hacer la conexión. Llegamos al terminal 1 y había que llegar al 2 en 15 minutos, en un aeropuerto inmenso", explicó.
Por lo mismo, ella y su compañero tuvieron que correr hacia su embarque, pero se toparon con un control que antes no existía.
"Pasamos los bolsos y yo iba antes de Jose (Viñuela). La niña me dice 'el Rolex también', así que me saqué el reloj", recordó Raquel.
"Yo siempre cuando viajo ando con una carterita donde tengo dinero y el pasaporte, y cuando me dicen que guarde el reloj, lo metí ahí y lo cerré. Cuando pasé por la maquinita, sonó el detector de metales".
"Nosotros estábamos nerviosos porque no queríamos que se nos fuera el vuelo, pero la máquina seguía sonando", añadió, detallando que la hicieron pasar al menos tres veces, sin éxito.
Finalmente, les permitieron seguir, tomaron rápidamente las cosas y corrieron a buscar su vuelo.
"Llegamos a la puerta, lejísimos, subimos al avión, nos sentamos y como máximo faltaban 5 pasajeros... De repente pregunto cuántas horas tenemos hasta Santiago y miro mi reloj. No lo tenía", sostuvo la comunicadora.
"Me acordaba de que lo había metido en la cartera. Estaba la billetera y el pasaporte, pero el reloj nada. Di vuelta todo, no había nada. Me paro y le digo a la auxiliar que me lo habían robado en la aduana", comentó.
Raque Argandoña bajó del avión tras perder su reloj
Según contó Raquel Argandoña, se acercó a ella un hombre de la aerolínea, quien le dijo que podía bajarse y pagar una multa por perder el vuelo, o podía viajar y hacer la denuncia llegando a Chile, cosa que ella descartó.
Decidió bajarse, preguntándose cómo no pensó en cuántos reportajes había visto, donde usaban trucos con el detector de metales para robar objetos de valor.
"Yo estaba clara que, en el control por el que pasé, era la segunda fila de la derecha. Sabía cómo era la niña, así que bajé la escalera, pero se había ido todo el personal porque habían despachado el vuelo", indicó.
Por lo mismo, dijo que le rogó a la Virgen de Lourdes por encontrar su reloj. Y las cosas se fueron dando.
"Había un señor sentado escribiendo y le digo que me habían robado el reloj en la revisión, que necesito urgente ver las cámaras", recordó.
Sin embargo, él solo le dijo que, si quería hacer la denuncia, podía ir al tercer piso del aeropuerto.
El truco para recuperar el Rolex
Ella y su acompañante le dijeron, entonces, que eran de la televisión chilena y que exigían ver las imágenes, así que el hombre les acercó unas bandejas para que dejaran sus cosas.
Sin entender mucho, le hicieron caso y él volvió a pasar varias bandejas por la máquina -nuevamente encendida-, hasta que aseguró haber divisado un reloj.
"El tipo abre la carterita y me dice '¿este es?'. Yo le dije que sí, que muchas gracias, y no reclamé nada. Lo tomé y me tiritaba todo, pero digna", dijo.
"Creo que nos ayudó mucho decir que éramos de la televisión chilena y exigir las cámaras. Nunca nos mostraron las imágenes, y ahí debe haber estado todo lo que hicieron. Yo estaba segura de que el Rolex no estaba en mi cartera".
"Después nos acercamos a la aerolínea y se nos habían ido dos vuelos. Tomamos el tercero, pero pasé al mejor restaurante de ahí a celebrar, miré el reloj y dije que nunca más iba a volar con él", reflexionó.
¿Hubo robo?
"Si el avión parte y no me bajo, lo pierdo", aseguró Raquel Argandoña.
Según ella, entendió posteriormente cómo habían maquinado el intento de robo: "Mucha gente amiga me explicó que ellos esperan a que haya muy poco tiempo en la conexión, porque tú llegas nervioso porque no quieres perder el vuelo".
Cabe mencionar que, según el testimonio de José Miguel Viñuela, "la Raquel revisó el banano completo y el reloj no estaba. Ella se fue con eso al avión".
"Lo sacaron del banano. En este cuento que la niña me hizo pasar tantas veces por el detector de metales, me lo robaron", insistió ella.
"Yo nunca había visto una revisión tan heavy como la que le hicieron a Raquel", cerró su compañero.



