Eli de Caso sería una de las invitadas a La Divina Comida, este sábado.
Allí, la exanimadora de televisión recordará una fuerte experiencia que vivió, cuando trabajaba en Mega, de acuerdo a un adelanto exclusivo al que tuvo acceso Página 7.
También puedes leer
En el espacio de CHV, que mezcla gastronomía y conversación, la comunicadora recordó su icónico programa Buenas tardes, Eli, que se estrenó en la década de los 90.
"Ahora hace falta un programa como este, porque hoy hay tantas herramientas para poder ayudar a la gente", comenzó diciendo De Caso.
"Los matinales van cuatro a cinco horas al día en las mañanas, que son como programas policiales, son del terror, las personas están llenas de miedo, muerte, secuestros, raptos, una cosa espantosa", agregó.
Asimismo, cuestionó que "de las cuatro o cinco horas que van al aire, ¿cómo no pueden designar dos horas para un programa de servicio? Con distintos conductores, doctores, servicio público, gente que está en terreno, cosas civiles. Hay tanto por entregar".
"Yo hago charlas motivacionales de autoestima en la mujer, y la gente me dice: 'Eli, no hay nada para nosotros, nos sentimos solos, nos sentimos desamparados'. Y la gente ya no quiere más. ¿Por qué crees tú que cada día hay gente que ve menos televisión?", planteó.
Eli de Caso recordó desesperado gesto de madre con su hijo
Luego, ante una pregunta de Trinidad Cerda, también invitada al programa, Eli de Caso recordó un desesperado acto de una madre.
"Iba saliendo de Megavisión, siempre había mucha gente esperándome afuera. Entonces yo salía en el auto, y un día una mujer se mete como por la ventana del copiloto, y me entrega una guagua", contó.
"Me dice “usted es la única que lo puede salvar”. Le dije: ¿qué es lo que le pasa a su guagua? Y me dice 'necesita un trasplante de hígado'. No sé si te podamos ayudar, nosotros somos un programa de televisión", rememoró que le dijo a la angustiada madre.
Posteriormente, aclaró que "nosotros acogimos el caso. Ella necesitaba un trasplante de hígado. Se hizo el trasplante, porque ella tenía una condición donde se podía trasplantar la punta del hígado. Yo me sentía identificada con la persona, yo sé que eso no lo hice bien, en eso me equivoqué", hizo una autocrítica.
"A mí se me mezclaban las cosas, se me mezclaba todo. Yo decía 'si puedo hacer algo, cómo no lo voy a hacer", acotó.
