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Julio Hernán Rifo Saavedra fue condenado a siete años de cárcel por abuso sexual a una menor en abril de 2023, pero a dos años de la sentencia se mantiene prófugo. Su sobrina, la víctima, vive con miedo y frustración, denunciando la falta de interés del sistema en capturarlo. CHV Noticias recogió el testimonio de Antonia, quien relató los abusos sufridos cuando convivía con él en Viña del Mar. A pesar de la condena, Rifo nunca fue encarcelado debido a que las audiencias fueron virtuales durante la pandemia, permitiéndole escapar. El caso se encuentra en un limbo judicial, con la víctima buscándolo activamente mientras no existen nuevas órdenes de detención ni acciones concretas del Ministerio Público.
Julio Hernán Rifo Saavedra fue condenado en abril de 2023 a siete años de cárcel por abuso sexual a sobrina menor de edad. Sin embargo, a dos años de esa sentencia, no ha pasado un solo día en la cárcel.
Durante este tiempo, el hombre se ha mantenido prófugo, mientras Antonia —su sobrina— vive con miedo y frustración.
CHV Noticias recogió el testimonio de la joven, quien relató que “nadie se está preocupando de dónde está, de buscarlo, de preguntarme a mí por último si estoy bien, si acaso él se ha acercado. No hay ninguna preocupación de parte del sistema”.
La joven explicó que convivía con su agresor en Viña del Mar cuando ocurrieron los abusos. “Él es esposo de una tía materna y convivíamos en el mismo terreno. Era muy fácil el acceso hacia mí y hacia las otras víctimas también”, recordó.
Pese a que el tribunal dictó su condena, Rifo nunca fue ingresado a un recinto penitenciario. Esto, debido a que el juicio se desarrolló durante la pandemia y todas las audiencias fueron telemáticas, lo que le permitió escapar.
En la práctica, el condenado no figura en los registros de privados de libertad ni de defunción, lo que confirma que sigue vivo y en libertad.
Condenado por abuso sexual a su sobrina lleva dos años prófugo de la justicia
Antonia, por su parte, vive con temor ante la posibilidad de cruzarse con su agresor: “Uno no sabe si en algún momento él se va a acercar. Puede estar aquí, puede estar cerca, puede saber a qué me dedico, a dónde voy".
"No hay certeza de nada. Entonces es inminente que en cualquier momento voy a salir y me lo pueda topar, ¿y qué voy a hacer?”, expresó con angustia.
Actualmente, el caso se encuentra en un limbo judicial, ya que tras la falta de resultados en su búsqueda, el tribunal decidió sobreseer temporalmente la causa. En consecuencia, no existen nuevas órdenes de detención activas ni gestiones concretas del Ministerio Público.
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La única que sigue intentando dar con su paradero es la propia víctima. “Él sigue libre, sin pagar lo que hizo, escondiéndose, y yo tengo que seguir con el constante recuerdo, con el constante temor”, cerró Antonia.
"En el fondo, la víctima es la única que está preocupada constantemente de todo".
