Miguel José Niño Ríos, profesor colombiano del Centro Educacional San Ramón, contó detalles de la feroz agresión que recibió por parte de un alumno a principios de noviembre.
Recordemos que todo ocurrió durante una reunión con el menor de edad y su madre. Al comentar su situación escolar de repitencia, el estudiante lo agredió hasta dejarlo inconsciente en el piso.
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En entrevista con El Mercurio, detalló que era su profesor jefe, “también conocía a la apoderada. De hecho, habíamos tenido ya reuniones antes; yo la había citado por lo mismo: el nivel académico de su hijo”.
En la reunión, en la que también estaba la abuela del menor de edad y tres trabajadores más del colegio, contó que “le dije a la mamá que la probabilidad de que su hijo repitiera era muy alta. Muchísima, por las inasistencias, por el bajo rendimiento académico”.
“Cuando asistía a clases, jugaba con el celular, hablaba con los compañeros, no hacía los trabajos, eso me reportaban también los otros profesores”, contó.
Tras detallar los problemas conductuales del adolescente, expresó que “la madre se puso bastante ofuscada. Yo ya tenía la intención de volver con mi curso y hasta ahí recuerdo… Lo siguiente que recuerdo es que tenía los ojos cerrados y sentí un fuerte dolor en la cara, en la nariz, como si me hubieran pegado con una pelota de hierro”.
Consecuencias de la agresión a profesor
Niño contó que al despertar “alguien me tenía sujetado con algo tapándome la nariz. Abrí los ojos y la profesora de enfermería me estaba auxiliando. Vi sangre a mi alrededor y en el piso. Ahí como que comprendí que algo me había pasado”.
De hecho, sostuvo que de a poco “estaba volviendo en mí, entré en shock, lloraba y la profesora me consolaba. Escuchaba a personas, la ambulancia. Me subieron a una camilla… La ambulancia me llevó a la clínica. Se me llenó el estómago de sangre, vomité…”
Finalmente, tras hacerle un escáner, reveló que “no se veía daño cerebral, pero sí me dieron el diagnóstico: que tenía fracturas varias en la cara, también nasal, y no podía cerrar la quijada; se había desplazado. Cuando paró la hemorragia, me subieron al segundo piso… y aquí estoy”.
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