Un vuelco en 180 grados dio una noticia dada a conocer por Carabineros en horas de la mañana de este sábado, la que hablaba de un ataque con disparos a una de sus instalaciones.

Durante la madrugada, personal de la institución emitió un parte policial detallando que un grupo -que se movilizaba en un Nissan Qashqai- atacó con disparos la 33º Comisaría Ñuñoa y que una de las balas alcanzó al cabo Rodrigo Fuentes Morales, el cual fue resguardado por su chaleco antibalas.

Sin embargo, poco antes de las 10:00 horas, los uniformados corrigieron la información: si bien hubo un procedimiento en curso, nunca hubo una la balacera de parte de un grupo en contra de la comisaría. La modificación en el relato de la historia fue hecha por el carabinero involucrado.

¿Qué dijo inicialmente Carabineros?

Carabineros informó que un grupo de personas -que se desplazaban en un Nissan, modelo Qashqai- atacó con disparos la 33º Comisaría de Ñuñoa, poco antes de las 04:00 horas; y que una de las balas alcanzó al cabo de guardia, el cual no sufrió heridas gracias a su chaleco antibalas.

Luego indicaron que se inició un procedimiento que permitió hallar el vehículo en Avenida Quilín, pero sin los ocupantes.

Los peritajes para dar con los responsables se extendieron hasta pasadas las 09:00 horas.

¿Qué ocurrió realmente?

Durante la madrugada de este sábado se realizó un control a un Nissan Qashqai de color negro, el cual era conducido por un menor de edad -15 años- que sacó el vehículo a escondidas de sus padres.

El adolescente, ante el temor de ser detenido, escapó a toda velocidad.

En ello, pasó por Marathon con Guillermo Mann, donde está la 33º Comisaría de Ñuñoa.

Un carabinero que estaba afuera de ese recinto, al ver que el automóvil se desplazaba escapando a gran velocidad, procedió a dispararle. Una de esas balas afectó al cabo Rodrigo Fuentes Morales que estaba de guardia también afuera del recinto. No sufrió heridas gracias a que usaba chaleco antibalas.

Por lo anterior, se inició un procedimiento. Cuando se halló el auto, con la patente carabineros pudo obtener la dirección del dueño.

Al llegar a ese domicilio encontraron al menor de edad, el cual no tenía indicios de haber manipulado un arma de fuego (restos de pólvora o casquillos, por ejemplo).

Como las historias entre ambas partes no calzaban, carabineros procedió a entrevistar al uniformado que notificó la balacera. Ello permitió que la verdad saliera a la luz y este último confesó lo que realmente había ocurrido: nunca hubo balacera contra la comisaría y que él había apretado el gatillo.