El domingo pasado Bastián López Reyes, de 19 años, fue asesinado en la entrada de su casa, en la población Santa Inés de Conchalí. El joven, apodado como “Pollito”, recibió 10 impactos de bala desde un auto en movimiento, por un presunto ajuste de cuentas por narcotráfico.
Los tiradores huyeron a toda velocidad, el joven fue auxiliado por familiares y posteriomente llevado hasta el Hospital San Jośe, donde finalmente murió producto de las heridas.
Tras realizarse los trámites correspondientes, su cuerpo fue entregado a sus familiares, dando inicio a un eufórico y violento velorio en el que se lanzaron fuegos artificiales, disparos al aire con armas de grueso calibre y se realizaron drift automovilísticos -durante dos noches-, lo que evidentemente tuvo muy atemorizados a los vecinos, quienes dijeron que no viven en paz y piden resguardo militar.
Debido a los desórdenes registrados en el velorio, Fuerzas Especiales de Carabineros actuó con sus carros lanza aguas y lanza gases para controlar la situación.
El coronel Andrés Merino Calvo, de la Prefectura Norte, aseguró a BioBioChile que se habló con los familiares para que no continuaran con dicha acción. Frente a la negativa, se debió actuar con los efectivos policiales que se mantienen de punto fijo en el sector, pese a lo cual igual se registran desórdenes.
Vecinos declararon al mismo medio que lo provocado por el velorio ha afectado sus horas de sueño y, por consiguiente, su rendimiento durante el día. A lo anterior, agregaron que “es bastante desagradable. Uno trata de seguir su vida -por ejemplo yo voy a la universidad- y no es fácil, uno tiene que vivir con miedo”. Otra vecina, contó que el primer día no vieron a Carabineros y ella tuvo que pasar por la calle del velorio, en medio de metralletas, con el temor que eso implica.
Cabe destacar que los cercanos a López continúan el velorio en su casa de calle Delfos, donde lo recuerdan con música urbana, donde destaca la canción Delincuente de Farruko. Hasta el momento, en los operativos no se han incautado armas, ni municiones.
Quién era Bastián
Bastián integraba el clan Los Reyes -apellido de su madre-, cursó hasta quinto básico en un colegio particular de Conchalí, pero repitió. Posteriormente no retomó sus estudios, tal y como especifica su certificado de enseñanza básica del Mineduc.
Creció en un ambiente ligado a la delincuencia, no tenía condenas ni detenciones en su historial, pese a ser parte de una banda de narcotraficantes, pero sí su madre, quien se encuentra cumpliendo prisión preventiva en el Centro de Cumplimiento Penintenciario en Chillán por el delito de narcotráfico.
Justamente ella solicitó despedirse de su hijo, lo que fue aprobado por el Juzgado de Garantía de Chillán, motivo por el cual el féretro viajó hasta la capital de la región de Ñuble -hecho que no dejó de llamar la atención-, donde su progenitora le dio el último adiós. Luego, regresó a Santiago.
Su funeral se realizará este miércoles a las 16:00 en el Cementerio General de la capital.