El caso del profesor Nibaldo Villegas, quien fue asesinado y descuartizado por su exesposa y la actual pareja de ésta ha conmocionado a muchos.

Tras estar desaparecido por más de una semana, parte de su cuerpo fue encontrado flotando en el muelle Prat en Valparaíso, y tras eso las indagatorias lograron corroborar que se trataba del docente, lo que terminó en el descubrimiento de un horrendo caso.

Finalmente, los involucrados terminaron confesando el bestial crimen y de a poco han salido a la luz nuevos antecedentes de lo ocurrido y las personalidades de los asesinos.

Es en este escenario, que dos jóvenes que realizaron sus prácticas como paramédicos junto a Francisco Silva, entregaron su testimonio sobre el particular actuar que tenía a la hora de enfrentar emergencias en el trabajo.

El sujeto trabajaba en el Cesfam Dr. Marco Maldonado de Viña del Mar, donde instruía a estudiantes que iban a hacer su práctica al recinto hospitalario. Fue ahí donde Francisca y Fernanda, como se hicieron llamar para no revelar su identidad, conocieron a Silva.

En la oportunidad ambas revelaron las particulares actitudes que tenía el hombre, y que podrían ayudar a entender la sangre fría con la que actuó junto a su pareja.

Él explicaba súper bien porque le gustaba leer mucho sobre Medicina. Era muy culto en ese sentido, pero no era normal como lo hacía. Su presencia de por sí ya era rara, pero al momento de realizar las curaciones, por ejemplo, como que disfrutaba ese momento. Era muy cuático, no le daba nada cuando raspaba las heridas de los pies de los diabéticos”, contó Francisca a La Estrella de Valparaíso.

Pero esto no fue lo único que contó de su manera de realizar su trabajo, también aseguró que: “Él fumaba dentro de la sala de tratamiento, con vaporizador. Fumaba a cada rato después de una curación o cualquier procedimiento. Siempre estaba en la sala de tratamiento haciendo curaciones, tomando exámenes y electrocardiogramas”.

Por su parte Fernanda, otra de las jóvenes que realizó su práctica profesional con Silva comentó constantemente la invitada a salir y que tenía una personalidad peculiar.

“Yo hice la práctica con los dos (también con Johanna Hernández). El tipo era entero loco y me invitaba a salir. Menos mal no lo pesqué, o sino mi pololo estaría muerto ahora“, dijo.

Cabe mencionar que tras su formalización, el tribunal dictaminó la prisión preventiva de ambos sujetos y el plazo de investigación se estableció en 120 días.