La estadounidense Brittany Maynard decidió morir el pasado sábado a causa de un cáncer cerebral terminal que poco a poco estaba mermando su calidad de vida. Morir con dignidad, fue la consigna de la joven que quiso acabar tanto con su sufrimiento como el de sus seres queridos.

La noticia dio vuelta al mundo, encontrando posiciones de quienes consideraron que era un acto heroico frente a los más conservadores que condenaron la decisión.

Tanto fue el revuelo que hasta el Vaticano se refirió al caso, asegurando que fue un gesto “absurdo”, según las palabras del presidente de la Academia Pontificia para la Vida, monseñor Ignacio Carrasco de Paula, de acuerdo a lo que informa la agencia AFP.

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Nosotros no juzgamos a las personas, pero el gesto en sí hay que condenarlo“, aseguró a la prensa italiana.

La autoridad ha sido el único representante del Vaticano que ha comentado el fallecimiento de Maynard, quien tuvo que mudarse de San Francisco, California al estado de Oregón para así acogerse a la “Ley de Muerte con Dignidad” que existe en ese lugar.

Esa mujer creía que iba morir de manera digna, pero eso es un error. Suicidarse nunca es bueno, es algo malo“, aseguró Carrasco de Paula, agregando que “la dignidad es otra cosa que poner fin a la propia vida“.

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Los médicos le habían a Brittany seis meses de vida tras diagnosticarle en enero un glioblastoma, un cáncer en el cerebro agresivo e incurable que le produciría una muerte muy dolorosa.

Por lo anterior, la joven decidió morir el pasado sábado en su casa rodeada de su familia y amigos más cercanos, tras tomar una dosis letal prescrita por un médico.