La noche del martes, Rodrigo Bastidas estrenó finalmente en cines la película Consuegros, que escribió y dirigió junto a su hija Milena. De hecho, los dos trabajan también como guionistas de la exitosa teleserie La Ley de Baltazar, que por estos días emite Mega en la franja de las 20 horas. 

“Trabajando somos súper pares. Mi papá me respeta mucho y me da mi espacio. Hay harta admiración de parte de los dos y cada uno aporta desde su género y edad“, indicó la joven actriz en conversación exclusiva con Página 7.

“Tenemos una relación muy cercana. Fuera del trabajo soy su guagua y dentro del trabajo soy su madre”, añadió entre risas.

Por otro lado, Rodrigo se refirió al alargue de la apuesta dramática, que se confirmó hace unas semanas debido a los resultados positivos que ha tenido en temas de sintonía.

“Efectivamente, se extendió y no sabemos cuánto tiempo más. Es una teleserie a la que le ha ido muy bien, la estamos escribiendo también con Daniella Castagno y un equipo muy bueno”, dijo.

“Estamos contentos con los resultados. Hace tiempo que una teleserie no marcaba más de 20 puntos de rating”, destacó.

Milena, en tanto, sostuvo que “está buena la historia, entretenida. La gente con la que hablo en la calle me dice que todo el mundo la ve y le encanta. Creo que el tema pega harto“.

Milena y Rodrigo Bastidas
Página 7

Las claves del trabajo para La Ley de Baltazar

Les preguntamos a padre e hija cuáles eran las claves para la buena convivencia, trabajando juntos en un proyecto de largo aliento como este.

El sentido del humor es básico y también entender que hay que escuchar al otro, que puede tener buenas ideas. Yo necesito gente joven con una mentalidad distinta a la que tengo yo”, reconoció Rodrigo.

“Yo tengo más de 60 años y lo que escribo tiene que estar apoyado por gente de otra edad. Escribimos para gente de muchas edades y en ese sentido Milena me ayuda mucho con la claridad que tiene de la gente más joven, de 25 o 30 años”, explicó.

“Otra clave es saber trabajar bien en equipo y no ser tan tozudo con las ideas. Soltar y que puedan influir las opiniones del resto. No empujar la idea propia, y dejar que las cosas fluyan”, concluyó Milena.