Una llamada por teléfono diciendo que necesitaba ir al hospital de manera urgente fue la última comunicación que tuvo Linda con su marido Richard Hoagland. Luego de eso pasaron 23 años y nunca más supo de él hasta ahora.
Linda y sus dos hijos, que en ese entonces eran prácticamente unos bebés, lo buscaron por 20 años, hasta que fue declarado legalmente muerto. Nadie sabía de su paradero, nadie lo volvió a ver, nada. Sin embargo, el hombre no había fallecido por la supuesta urgencia médica.
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Tuvieron que pasar 23 años para que se supiera realmente qué había pasado con Richard. La historia es impactante.
Él simplemente quería dejar a Linda, su segunda esposa, pero no se sentía capaz de enfrentar otro divorcio, así que decidió desaparecer.

Se mudó al pequeño pueblo de Zephyrhills, en el estado de Florida, y se robó la identidad de Terry Symansky, un pescador que había fallecido en 1991, dos años antes de su desaparición. En poco tiempo se volvió a casar, tuvo un hijo y armó una nueva familia, sin pensar en la angustia, el dolor y el sufrimiento por el que tuvieron que pasar su esposa e hijos.

Sin embargo, finalmente Hoagland quedó al descubierto cuando el sobrino del señor Symansky Real ingresó a ancestry.com, para ver su línea genealógica, y se encontró con el registro de matrimonio de su tío, que había muerto 4 años antes.
Con esta información sobre la mesa el suplantador de 63 años fue arrestado y enfrenta serios cargos por fraude.
Más datos extraños complementan el caso, pues el pescador, un hombre soltero y sin hijos, murió en extrañas circunstancias. Algunos piensan incluso que Richard podría estar implicado.
“Es un cobarde egoísta. Es un tipo que ha vivido su vida destruyendo las de otras personas”, sentenció el Sheriff Chris Nocco, de la policía del condado de Pasco, según consignó Mirror.