Abby Bedwell, es una bella equitadora de Ohio (Estados Unidos), quien estuvo a punto de perder su vida debido a su pasión. Aquel día, la joven de 19 años decidió ponerse casco, el cual es opcional en esta disciplina: jamás pensó que sería lo que la salvaría.
“Cero kilómetros por hora era la velocidad a la que iba el día en que me puse un casco y aún así, casi morí. Así es. Me derrumbé en medio de la arena y sufrí un trauma craneal tan severo, que me califican de milagro médico”, explicó en su cuenta de Facebook.
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La adolescente estadounidense recibió una fuerte patada de caballo en toda la cabeza y casi no la contó. Es por esto que ella advierte que “es una opción llevar un casco, pero si te golpeas en la cabeza, estás escogiendo una mayor probabilidad de morir” y para generar más conciencia, decidió compartir esta gráfica imagen de ella en el hospital:

“Esperaban que muriera en el camino a la mesa de operaciones para un neurocirugía inmediata, cuando fui llevada al centro de trauma aquel día. Esperaban que quedara vegetal si sobrevivía. No respondía a ningún test de reflejo, así que estaba aparentemente paralizada. Mi cuerpo se apagó”, relató.
Pero logró sobrevivir, impresionando a todo el equipo médico, quienes la vieron irse del lugar respirando y caminando por su cuenta. Su moraleja es precisa: “cerca de 5 minutos, esos me tomó ajustar la correa del casco para que no se separara de mi mejilla. Cerca de 5 segundos, eso me tomó poner el casco en mi cabeza”, declaró.

“Cerca de 50 personas estaban directamente involucradas en salvar mi vida, incluyendo médicos, enfermeras, neurólogas y terapistas. Y toda mi vida podré pasarla sabiendo que tomé la decisión correcta aquel día”, concluyó.



