Hace algunos años atrás, la presentadora de la TV británica Carrie Armstrong, fue afectada por un virus que la dejó temporalmente en silla de ruedas. Desesperada por recuperar su salud, volcó toda su energía en remedios populares y una difundida dieta entre las celebridades: el higienismo.
Esta consiste en comer muchas frutas, verduras, legumbres, germinados y frutos secos, cuidando de no mezclar proteínas con hidratos de carbono, porque según sus precursores “nuestro sistema digestivo fabrica diferentes jugos para cada grupo de alimentos”.
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Si bien se ha vuelto popular, los nutricionistas y profesionales de la salud no la aprueban, porque quita importantes grupos alimenticios de la dieta diaria. Carrie no hizo caso a las advertencias y armada con lo que leyó en Internet, comenzó a practicarla, bajando abruptamente de peso.
La rebaja fue tan fuerte, que le dejó de llegar la menstruación y su cabello y dientes comenzaron a caer por la desnutrición. “La cosa sobre Internet es que puedes encontrar a cualquiera para corroborar esa creencia”, admitió la animadora del matinal This Morning, en declaraciones recogidas por la revista Cosmopolitan.

Carrie comenzó a eliminar carbohidratos y azúcar, luego experimentó con el veganismo, veganismo crudo y finalmente, acabó comiendo sólo melón orgánico, algunos vegetales y agua. “Nunca me preocupé de perder peso. Simplemente pensaba que necesitaba ser purificada”, declaró.
“Estaba completamente obsesionada con mi dieta. Pensaba todo el tiempo en eso. No consumía comida, la comida me consumía. No existía balance”, precisó. La mujer bajó desde los 69 hasta los 41 kilos y se estresaba constantemente de comer algo “malo”.
Finalmente, un médico la diagnosticó de ortorexia nerviosa, una condición en la que la persona experimenta miedo de comidas que sospecha que son “dañinas”. Su compañera de departamento debió ayudarla a ver lo extremos que ran sus hábitos de alimentación.
“Finalmente, comencé a admitir que todos esos años obsesionada y siguiendo estrictos regímenes alimentarios fueron una pérdida de tiempo. Mi salud no mejoró. Mi vida era un desastre. Tenía miedo todo el tiempo”, concluyó. Hoy, está mejor de salud, ha fortalecido su cuerpo y decidió difundir su historia para despertar conciencia sobre esta condición.



