La panelista de Así somos estuvo presente en la llamada “Marcha de los coches vacíos” realizada este viernes y que partió desde el frontis del Ministerio de Salud, y luego siguió su recorrido por el centro de Santiago hasta La Moneda.
Su adhesión a esta campaña, organizada por la fundación Queremos ser padres y que busca que la infertilidad sea considerada por el Estado como una enfermedad, se enmarca debido a que ella, junto a su pareja, debieron pasar por difíciles momentos para finalmente convertirse en padres, ya que tuvo que recurrir a la fertilización asistida e in vitro para embarazarse de Nico, quien hoy tiene ocho meses de edad.
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Todo comenzó cuando le comentó a su amiga, la periodista Carola Julio, que llevaba cerca de un año y medio intentando tener hijos con su marido, el odontólogo Philippe Timmerman, a lo que ésta le respondió: “Entonces eres infértil, porque esa es la medida de tiempo”.
Recuerda que en ese momento sufrió mucho y que de inmediato comenzó a hacerse exámenes junto a su esposo para saber cuál de los dos era el infértil, sin embargo, los resultados arrojaron que existía infertilidad pero sin causas aparentes, señala a LUN.
Desde entonces decidieron comenzar un tratamiento de fertilización asistida y que no funcionó tres veces, por lo que recurrió a la fertilización “in vitro” teniendo éxito de inmediato. “Gracias a dios me funcionó a la primera. Además yo complementé el tratamiento con acupuntura y yoga bikram, porque cuando estás en ese proceso con tu pareja, se sufre mucho por la ansiedad y eso juega en contra”, comentó.
Sin embargo, los altos costos no fueron un tema sencillo, pues la cubana aseguró que debió gastar cerca de 8 millones de pesos, teniendo que recurrir a apoyo familiar porque no tenía esa cantidad de plata en mano. “Fue bien difícil, imagínate para otras parejas, que no pueden llegar ni a los 2 millones. Además que hay que ir a controles para ver que toda está bien. Es mucha pega y dinero”, agregó.
La cantidad de dinero se distribuyó en varios intentos, pero sin duda el “in vitro” es el más costoso de todos. La fertilización asistida le costó cerca de 300 a 400 mil pesos, intentándolo sin éxito tres veces. Luego pasó a la “in vitro”, tratamiento que cuesta entre 4 a 5 millones, según explica Rodrigo Carvajal, ginécolo de la Universidad de Chile, citado por el medio. Además, para estimular los ovarios, tuvo que sumarle 1 millón de pesos más y, por último, gastó cerca de 500 mil en las terapias complementarias de yoga y acupuntura.