No son pocas las veces en que algunos han oído la expresión “no comas tan rápido porque vas a engordar más”, sin embargo, no se les entrega un fundamento que avale esto, pese a que existe un sustento científico que muchos desconocen.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Atenas, Grecia, realizó un estudio para determinar si la intensidad con la que una persona ingiere su alimento repercute en su peso, y la verdad es que llegaron a un aclarador resultado.

A modo de contexto los científicos pusieron énfasis en un par de hormonas intestinales (GLP1 y PYY), ya que ellas son las encargadas de enviar la sensación de saciedad al cerebro (satisfecho).

Al respecto, manifestaron que mientras más rápido se come el intestino no alcanza a secretar estas hormonas en la porción que corresponde, por tanto la persona continúa comiendo sin parar porque no se siente del todo satisfecha.

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En cambio aquellas personas que comen lento y mastican la comida muy bien antes de tragarla, dan tiempo suficiente al cuerpo para que lleve a cabo este proceso metabólico que nos saciará con la porción justa de alimento.

Para llegar a este aclarador resultado, los investigadores recurrieron a 17 personas que tuvieron que comer un helado de 300 cc cada una. Mientras lo degustaban, se les iban tomando muestras sangre cada media hora para analizar y determinar “los niveles de glucosa, insulina y lípidos contenidos en el plasma, así como el nivel de las hormonas intestinales”, de acuerdo a información recogida por la prestigiosa revista de belleza y salud Fucsia.

La muestras fueron vitales para establecer las conclusiones, y es que las personas que consumieron el helado más rápido registraron menor cantidad de GLP1 y PYY en su sangre, y viceversa. “Descubrimos que cuando se ingería el helado en 30 minutos, en vez de cinco, las concentraciones de ambos péptidos intestinales (GLP1 y PYY) era mayor, razón por la cual la sensación de saciedad se presentaba antes”, reza el estudio de acuerdo a lo recogido por Fucsia.

Finalmente, y gracias a los procedimientos realizados, los especialistas definieron que la sensación de saciedad tarda en llegar entre 20 y 25 minutos, por tanto recomienden que cada comida (desayuno, almuerzo, once y cena) se extienda por lo menos media hora desde el primer hasta el último bocado), claro que eso es un poco difícil para muchas personas que llevan una vida agitada.