Si eres de los que cree que la gente inteligente no puede ser “tonta”, quizá tengas darle una vuelta a esa idea, ya que incluso el sujeto más listo puede demostrar que carece de habilidades en ciertas situaciones especificas.
Esto lo podemos demostrar con el simple ejemplo del compañero que siempre obtuvo las mejores notas en el colegio o la Universidad, ya que si bien es algo alentador y digno de destacar, no garantiza que sea un líder positivo ni un profesional exitoso en su trabajo.
Según lo dicho por el especialista Robert Sternberg de la Universidad de Cornell (Estados Unidos), esto se debe a que el sistema educativo no está diseñado para enseñarnos a pensar de una forma creativa y útil para nuestras vidas, por lo cual muchas veces resultamos ser unos tontos a la hora de resolver un problema.
Teniendo en cuenta lo anterior, te entregamos una lista con cinco consejos compartidos por la BBC para que derechamente no te sientas ni seas visto como un tonto:
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1. Reconocer los puntos ciegos
Si piensas que eres más listo que los demás ten en cuenta lo siguiente: Todos lo hacemos. Es algo que se llama “superioridad ilusoria” y es más aguda en las personas menos capaces.
De esto no te salvan ni las buenas calificaciones ni la buena suerte en los concursos. Si así lo crees es probable que sufras de “sesgo de confirmación” (la tendencia a centrarse sólo en el punto de vista personal). Si sigues sin creerlo es probable que sufras de “sesgo del punto ciego” (la tendencia a negar los errores del pensamiento).
Los sesgos son inconscientes y abarcan todo tipo de decisiones y opiniones que realicemos.
2. Estar preparado para ser humilde
La idea es cuestionar los límites de nuestro conocimiento, cómo lidiamos ante la incertidumbre y cuál es la voluntad y rapidez que tenemos para cambiar de opinión ante nuevas evidencias.
A pesar que es un rasgo difícil de cultivar, es un momento para desinflar el ego personal.
3. Discutir con uno mismo
Argumentar contra tus propias convicciones puede ser un comienzo, la idea es debatir contigo mismo diversos tipos de temas o problemas que te afectan. Esto se puede realizar asumiendo el punto de vista opuesto a como asimilas algo en este momento.
O prueba con otra táctica similar que ayudará a desarrollar tu empatía: colócate en el lugar de otro e imagina lo que piensa. Puede ser muy útil para resolver problemas personales.
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4. Tener una mente creativa y flexible
Lo que Stenberg más critica es que el sistema educativo no nos enseña a hacer prácticos ni creativos, lo que muchas veces nos afecta y nos vuelve “tontos” a la hora de evaluar distintas posibilidades y construir hipótesis.
5. No olvidar las listas de verificación
Ten cuidado, por muy experto que seas en algo siempre puedes olvidar una cosa que podría significar el fin de todo. Regresa a lo básico y mantén siempre cerca una lista de verificación que te permita recordar los pasos que debes seguir y completar.
Un ejemplo de esto fue una lista con cinco puntos para recordar a los médicos del hospital John Hopkins (Estados Unidos) los pasos básicos de higiene, la que redujo la tasa de infecciones del 11% al 0%.