La migraña es una enfermedad neurológica crónica, que se caracteriza por tener episodios de cefaleas intensas, acompañadas por síntomas como náuseas y vómitos de forma recurrente.

Si bien puede ser esporádica, es decir, pacientes que no tienen antecedentes familiares, en un gran número tiene un componente genético, aclaró a Página 7 Sergio Juica, neurólogo de Clínica Biobío.

De acuerdo al profesional, las migrañas se pueden clasificar por el número de cefaleas ocurridos durante un periodo de tiempo.

“Tenemos la episódica, en aquellos pacientes que tienen jaquecas menos de 15 días al mes, y también está la migraña crónica, que son los casos con más de 15 días al mes de cefaleas”, indicó.

De igual forma, se pueden clasificar por la presencia de aura, que es un déficit neurológico transitorio. “Son pacientes que sienten hormigueos o adormecimiento de un brazo durante las jaquecas”, explicó.

“O que ven destellos luminosos, visión borrosa, oscurecimiento o pérdida de la visión”, complementó.

Alimentos y hábitos

Según el especialista, hay una larga lista. “El principal y más frecuente es el alcohol. También encontramos el café, chocolate, quesos y embutidos”, advirtió.

“También debemos tener cuidado con el aspartame, que está en los productos light, y el glutamato monosódico, presente en la soya”, añadió.

Eso sí, el neurólogo fue claro en señalar que depende de cada paciente, por lo que no se trata de hacer una dieta restrictiva de un alimento en específico o de todos.

“No hay una recomendación general. Cada migrañoso tiene la tarea de reconocer cuál de estos alimentos eventualmente le está gatillando migraña y en ese caso excluirlo de la dieta”, dijo.

Tratamiento y recomendaciones

Juica aclaró que entre los tratamientos, están los no farmacológicos. “Aquí se trata que el paciente tenga una buena alimentación. Por ejemplo, el ayuno prolongado puede ser un problema”, señaló.

“Los hábitos del sueño son muy importantes, dormir poco y en exceso pueden causar migraña. Por supuesto el estrés y la ansiedad podrían agravar una migraña, igual que la obesidad”, agregó.

El profesional de Clínica Biobío recomendó el ejercicio físico como una de las mejores alternativas para la prevención y disminución de estos casos. “En el fondo, se aconseja llevar un estilo de vida saludable, que hará que estos episodios sean menos frecuentes”.

Con respecto a los tratamientos farmacológicos, estos se dividen en dos. “Se utilizan analgésicos cuando el paciente siente dolor. Ahí están los antinflamatorios y paracetamol”, sostuvo.

“También encontramos los tratamientos preventivos, donde se utilizan fármacos a diario y por horarios, y cuyo objetivo es que se disminuya la frecuencia del dolor. Van de tres a seis meses”, cerró.