¿Eres de las personas que piensan y piensan y eso te afecta a la hora de dormir? ¿O eres de las que se queda en el pasado o ve todo negativo? Todas estas actitudes te quitan energía.

Luis Pino, académica de la escuela de Psicología de la Universidad de Las Américas, explicó a Página 7 cómo manejarlas (y también tus pensamientos) si te sientes identificado/a.

“Entendiendo las actitudes como una estructura cognitiva que se expresa a partir de una disposición psicológica a la acción o a la conducta, podemos entender que las actitudes y las formas de funcionamiento son bastante diversos en las personas”, comenzó explicando.

“Podemos distinguir entonces que nuestros pensamientos de una u otra forma van a condicionar nuestra conducta, los logros en la vida, los resultados, el éxito y nuestro sentir o evaluación de eso, por ejemplo, la felicidad. Es así que una persona que queda anclada a cierto tipo de situaciones del pasado inmediato o lejano, implicará que no pueda avanzar hacia el futuro, dado que una función importante del pasado es tomarlo como experiencia y poder proyectarlo al futuro”, añadió.

Sin embargo, dice Pino, “es normal y natural dado el contexto, hoy en una situación de confinamiento, en donde las personas tenían una alta expectativa de que durase muy poco esto y se ha prolongado y, al mismo tiempo, ni las autoridades ni la ciencia tienen claridad de cuánto tiempo va a durar este confinamiento. Lo más probable es que surjan pensamientos de índole irracionales y las personas estén más ‘rumeantes’, como se dice en psicología, o que el sentido común menciona como ‘pensamientos obsesivos’“.

En relación a lo anterior, “es esperable -y debemos relajarnos con ello-, que tengamos pensamientos catastróficos, negativos y con bajísimas expectativas respecto del futuro, dado que hay una accionista contextual no esperada e inmanejable. Pues una de las características de los pensamientos catastróficos, o quedarse anclado al pasado o darle demasiadas vueltas a ciertas problemáticas, circunstancias, situaciones, es una característica intrínseca del ser humano, que es querer controlar el propio ambiente, su propia conducta y la de los demás”.

Pensamientos y actitudes que quitan energía
Pixabay (cc)

“Y una forma que el hombre ha desarrollado evolutivamente es por medio de explicaciones. El hombre se explica la realidad y esto ha implicado que nosotros podamos tener cierto grado de control. Una expresión de ellas es la filosofía, los mitos, la religión y la ciencia, que si lo miramos desde el punto psicosocial cumple la función de ser grandes explicaciones y que darían cierto grado de control y tranquilidad a los seres humanos”, comentó Pino.

“El hombre también ha ido explicando lo que hace, por qué le pasan siempre cosas malas a él, o por qué siempre le pasan cosas positivas, o cosas buenas a otros; ha implicado que el hombre, en algunos momentos, pierda el control de esas explicaciones y entre en un grado de tensión y trate de encontrar estas explicaciones y no lo logra… y eso va a significar que va a aumentar la ansiedad, la tensión psicológica, va a andar estresado todo el día y va a implicar que no pueda conciliar fácilmente el sueño”, añadió el profesional.

Cultura de la felicidad

“Es importante también consignar que se ha instalado una cultura de la felicidad, en donde se nos ha exigido ser felices, no como una opción, y se ha demostrado cómo debemos ser felices. Y una forma que nos ha hecho mal es siempre tener pensamientos positivos”, recalcó.

El psicólogo de Universidad Las Américas comentó a nuestro sitio que “esto es negar las verdaderas emociones o la diversidad de ellas; es negar que hay contextos aversivos, es estar por ejemplo muy feliz encerrado, que todo va a estar bien, que todo va a estar mejor, que es lo que redunda en las redes sociales y no nos hace bien como personas. En el fondo las personas están negando, desconociendo o reprimiendo cierto tipo de emociones que a la larga nos va a hacer mal”.

Pensamientos y actitudes que quitan energía
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Consejos

“Es por ello que nos debemos reconocer como seres débiles, con defectos, y que a veces o la mayor parte del tiempo las cosas no nos resultan de la manera esperada. Esto implicará un pensamiento positivo, bueno o funcional. Frente al fracaso evaluar qué nos ha ocurrido y a partir de eso volver a desarrollar un nuevo emprendimiento o expectativa y volver a intentarlo”, recomendó el psicólogo.

“Es muy importante tener claro que es inevitable pensar lo que se piensa y, por tanto, la sugerencia es alimentar nuestros pensamientos con nuevas ideas, ser creativos, escuchar a los demás incorporando nuevas opiniones. Un elemento individual que puede ayudar es la imaginería o las fantasías o ensoñaciones, que ayudan a las personas a distender el estrés psicológico, a partir de pensar en cómo serían las cosas si fuesen distintas, experimentar esas sensaciones y probar el sentir”, destacó.

“Los pensamientos no funcionan solos y los podemos intencionar, buscando nuevas ideas, la lectura, ampliando el conocimiento y, al mismo tiempo, conversando con otras personas y aceptando la opinión de quien sea”, cerró.