Hace unos días circulaba el rumor de que el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle tenían el interés de mudarse del palacio de Kensington, sin embargo, la casa que la familia real tenía dispuesta para ellos estaba siendo habitada por el primo de la reina Isabel, Richard, y su esposa Birgitte, los duques de Gloucester.

Según trascendió en la prensa internacional, supuestamente Birgitte no estaba dispuesta a abandonar este lujoso hogar, el que cuenta con 21 habitaciones y que se ubica al lado de la residencia del príncipe William y Kate Middleton (VER NOTA).

Pero más allá de la veracidad de esa polémica, lo cierto es que la pareja finalmente se mudará pero a otra residencia llamada Frogmore House, una casa de campo adyacente al Castillo de Windsor. Y eso no es todo, pues su mudanza se concretará a principios de 2019, antes del nacimiento de su primer hijo.

La noticia fue confirmada en un comunicado enviado desde el palacio de Kensington. Cabe señalar que este nuevo hogar es el lugar onde Harry y Meghan celebraron la segunda recepción de su boda para familiares y amigos íntimos, en mayo pasado, informó El Mundo.

Pero eso no es todo, ya que tras este anuncio, surgieron de inmediato los rumores sobre el apuro con que se están realizando las cosas. Y, por lo mismo, el medio inglés Daily Mail conversó con una fuente cercana a la pareja, quien aseguró que Meghan y Kate Middleton no han conectado y no se llevan bien, debido a que “son personas muy diferentes”.

Sería esta fría relación entre ambas concuñadas que el lazo entre Harry y William también se ha visto afectado. De acuerdo al diario en cuestión, la salida alternativa más rápida para evitar más roces es que ambos salgan pronto de Kensington.

Asimismo, otro factor a tomar en cuenta por la duquesa de Sussex y su esposo, es el nacimiento del futuro heredero, ya que la exactriz prefiere tener mayor autonomía a la hora de criarlo.