Una de las herederas más ricas del mundo, Marlene Engelhorn, decidió renunciar a su herencia de más de 4 mil millones de dólares (casi 4 billones de pesos chilenos), y propone que el Estado se haga cargo.

La historia se dio a conocer hace unos días, cuando la joven austríaca de 29 años se refirió a la iniciativa Taxmenow -también conocido como AG Steuersrechtigkeit-, un movimiento que fundó y se expandió por toda Europa, y que consiste en que herederos de grandes fortunas renuncian a ellas buscando una mayor tasa impositiva para los ricos.

Hasta ahora, hay otros 49 herederos de multimillonarios que siguen la iniciativa, mismos que aseguran que se trata de una acción necesaria contra la desigualdad.

“Como alguien que ha disfrutado de los beneficios de la riqueza toda mi vida, sé lo sesgada que está nuestra economía y no puedo seguir sentada y esperando que alguien, en algún lugar, haga algo”, explicó en una entrevista con la BBC.

Marlene tiene dicha herencia gracias a Friedrich Engelhorn, un hombre que a fines del siglo XX fundó la compañía química más grande del mundo, Badische Anilin-und Soda-Fabrik, más conocida como BASF, con la que obtuvo una gran fortuna, y del cual es descendiente.

Sin embargo, en la misma década Friedrich dejó la compañía e invirtió el dinero en la farmacéutica Boehringer Mannheim, que estuvo en manos de la familia Engelhorn hasta 1997, año en que el nieto del empresario vendió la firma al grupo suizo Hoffmann-La Roche por 11 mil millones de dólares.

Heredera argumentó que no quiere vivir con tanta responsabilidad

La joven austríaca estudia Lengua y Literatura alemana en Viena, y cuenta con una gran riqueza, tanto así que su abuela ocupa la posición 687 en el ranking de personas más millonarios del mundo, según la revista Forbes.

Sin embargo, ella decidió rechazar el 90% de la herencia para generar una mayor equidad, liderando movimientos importantes de conciencia de clase, ya que no quiere ser tan rica.

“No debería ser mi decisión qué hacer con el dinero de mi familia, por el cual no trabajé yo”, explicó, haciendo énfasis en que tener una gran fortuna, también implica asumir responsabilidades que no quiere tener.

“Gestionar ese patrimonio conlleva mucho tiempo. No es ese mi proyecto de vida. No es que no quiera ser rica, es que no quiero ser tan rica”, dijo.

Y añadió: “No se trata de una cuestión de voluntad, sino de equidad. No he hecho nada para recibir este legado. Esto es pura suerte en la lotería del nacimiento y pura coincidencia”.

Incluso, la idea de que el Estado se haga cargo de su fortuna es una de las formas que encontraron para destinar el dinero a buenas causas.

De hecho, la fundación tiene como objetivos la redistribución de la riqueza, establecer impuestos a millonarios, además de importantes cambios estructurales en los altos cargos.

Pese a todo lo anterior, la joven heredera no desconoce su privilegio de ‘niña rica’, pero reafirmó no saber qué hacer con muchos millones. “No podría ser feliz con tanto dinero”, sentenció.