Adoptar una mascota que no está teniendo un buen pasar, suele ser una decisión positiva, sin embargo, hay varios factores en los que se debe pensar antes de dar este importante paso.

Y es que lo primero que debes valorar es si realmente cumples con las condiciones necesarias para convivir con una mascota, porque si bien se dice que los gatos son animales más independientes que los perros, por ejemplo, también necesitan atención, cuidado, cariño y tiempo de calidad.

Además, debes considerar que en promedio los felinos viven 15 años, por lo que este cambio en tu vida deberá ser sostenible en el tiempo.

Ahora bien, si ya tienes un gato en casa y quieres darle la oportunidad a otro ‘minino’ de salir de la calle y entregarle un hogar, tendrás que tomar en cuenta varias otras consideraciones.

Por lo anterior, conversamos con el veterinario y docente de la escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad de Las Américas, Edgardo Mancilla, quien nos respondió cinco preguntas básicas que debes hacerte para dar este importante paso.

1.- ¿Cuál es la edad más conveniente para adoptar un gato cuando ya tenemos otro gato adulto en la casa? ¿Es cierto que mientras más pequeño es mejor?

– Si bien cada gato tiene su propio temperamento, los gatos adultos usualmente aceptarán a un gatito pequeño mucho más fácil de lo que aceptarían a un nuevo gato que no lo sea. Los felinos son muy territoriales y pueden sentirse amenazados ante la presencia de un felino adulto al que pudiesen sentir como un intruso.

Por lo tanto, será mucho más fácil la adaptación a un pequeño gatito adoptado que uno mayor, siendo los factores más importantes a tener en cuenta, la edad y el temperamento.

Aun así, no es imposible la adaptación de dos gatos adultos, solo que eventualmente podría ser un proceso más largo, y algo más dificultoso. Ante lo cual se podría buscar la ayuda de un médico veterinario, ojalá, especialista en el área de Etología (comportamiento).

2.- ¿Es conveniente adoptar a un gato del sexo contrario al que tenemos en casa o eso da igual?

– No hay que preocuparse demasiado del sexo de los gatos involucrados en el proceso de adaptación, ante la adopción de un nuevo integrante. La edad y el temperamento son los factores más importantes a considerar.

Eso sí, algo relevante a tener en cuenta es que -idealmente- los gatos estén esterilizados (machos y/o hembras) ya que eso facilitará todo el proceso y hará que el sexo tenga menos relevancia al momento de decidir qué gatito adoptar, pues no existirán hormonas sexuales circulando.

Lo anterior porque, por ejemplo, en machos las hormonas sexuales pueden causar competición e incrementar la defensa del territorio.

3.- ¿Se puede preparar al gato de alguna manera para la llegada de un nuevo felino?

– Sí, existen maneras de preparar a nuestro gato y al ambiente ante la llegada de un nuevo felino. Los gatos son criaturas, en general, solitarias y altamente territoriales. No son animales gregarios, sin embargo, pueden crear fuertes vínculos con otros gatos y con humanos.

Generalmente se necesitarán semanas o meses para ajustar los cambios en su ambiente y estilo de vida. Debido a esto, las primeras impresiones son extremadamente importantes al momento de presentar a la nueva mascota, cuando el proceso se realiza muy rápido y los gatos pelean, puede que nunca aprendan a coexistir en paz.

Es necesario tomar en consideración el gran cambio que esto significará para la mascota que ya vive en la casa, por lo que es importante tratar de alterar mínimamente su rutina y asegurar su propio tiempo con nosotros.

Además, existen productos que se pueden comprar en tiendas especializadas en mascotas (clínicas, farmacias veterinarias, pet shop), que ayudan a crear un ambiente relajado y quizá evitar las posibles peleas entre los felinos. Uno de ellos son los difusores que imitan las feromonas faciales que expele la mamá gata para calmar a sus gatitos.

Es importante hacer hincapié en la salud de los gatos, por lo que el felino que ya tenemos en casa debe estar con su “calendario sanitario” (vacunas, desparasitaciones) al día, e idealmente preparar una pieza para el gato que llegará, con su propia caja de arena, cama, comida, agua, lugares donde subirse etc., hasta que sea examinado por el médico veterinario y comience con su propio calendario sanitario.

4.- ¿Qué le aconsejaría a una persona que quiere adoptar otro gatito pero tiene miedo que su gato le haga algo?

Lo primero es conocer bien el temperamento de nuestro gato. Si él es adulto, es más difícil lograr cambios en su comportamiento, pero si es tolerante y el nuevo gato también es relajado, es posible que se tengan pocos problemas si se les presenta lenta y correctamente.

Adoptar un gato pequeño ayudará en el proceso, como también el utilizar los productos en base a feromonas, y poder crear un ambiente enriquecido para el comportamiento propio de los gatos, para que logren sentirse seguros ante la “amenaza” del otro felino.

Importante tener en cuenta que el éxito no significa necesariamente que los gatos se convertirán en los mejores amigos, algunos crean vínculos entre sí, mientras otros se pasan el resto de sus vidas evitándose. Se debe tener presente que cualquiera de estos escenarios podría suceder.

El objetivo es preparar el ambiente propicio para que los gatos compartan pacíficamente su hogar, sabiendo que no se puede obligar a que se gusten entre ellos.

5.- ¿Existe alguna forma de hacer más fácil la convivencia, al menos los primeros días?

– Se puede comenzar alimentándolos en lados opuestos de una misma puerta. El objetivo es que asocien la actividad placentera de comer con la presencia del otro gato. Cuando puedan comer tranquilamente se puede abrir la puerta un poco por unos segundos para que puedan verse mientras comen.

Dejar que el nuevo gato explore. Una vez que se encuentre cómodo con su nuevo entorno, comiendo bien y usando la caja de arena, se debe confinar al gato que vivía antes en el hogar en otra habitación y dejar que el nuevo explore la casa. Esto permitirá que el nuevo gato conozca el olor del gato residente sin un contacto directo.

Se debe supervisar directamente el primer encuentro y limitar el tiempo que pasan juntos en un principio. Se puede dar un comportamiento agresivo o temeroso, como sisear, agacharse u orejas hacia atrás, pero debe evitarse que se produzca un patrón de comportamiento, porque si esto se intensifica puede ser difícil de cambiar y se deberá volver a los pasos anteriores.

Si se pelean hay que distraer y separar, pudiendo arrojar una toalla sobre ellos para distraerlos y hacer un ruido fuerte para separarlos, debiendo darles algunos días para que se calmen.

Continuar brindando encuentros supervisados, observando signos de agresión o tensión. Si esto sucede es bueno tener juguetes o golosinas cerca para alejarlos y enseñarles que sucederán buenas cosas cuando el otro gato está cerca.