El presidente de Turkmenistán, Gurbanguly Berdymukhamedov, levantó una estatua de más de cinco metros de oro en honor a su raza favorita de perros, llamada Alabai, el pastor de Asia Central.

Según indicó The New York Times, el monumento fue erigido en un pedestal en el centro de una rotonda en la capital de Ashgabat, y se inauguró en una ceremonia con cantantes y bailarines.

Los perros Alabai en el país de Asia Central representa una muestra de orgullo y de poder nacional, según indicó el diario, tanto así, que el año pasado el mandatario lanzó un libro sobre esta raza, donde incluyó un poema que supuestamente escribió durante la reunión de gabinete.

Esta raza es utilizada tradicionalmente para proteger y cuidar el ganado, y se puede encontrar en países como Rusia, Kazajstán, Kirguistán y Tayikistán

Además, Berdymukhamedov también tiene afinidad por los caballos de raza Akhal-Teke, conocida por sus capacidades física y brillo dorado, que también fue conmemorada en una estatua de oro, donde aparece el propio presidente y está a una cuadras al reciente monumento del perro Alabai.

Según describió la publicación de The New York Times, estos monumentos contrastan con la vida cotidiana de un país “empobrecido“, controlado “con una mano autocrática“, que castiga las formas no autorizadas de expresión religiosa y política.

De hecho, varias organizaciones occidentales de derechos humanos que están prohibidas en el país, como Human Rights Watch, lo llaman “uno de los países más represivos y cerrados del mundo“.