La pérdida de un ser querido siempre afecta dependiendo del vínculo que se tenía con él o ella. Si es una persona querida pero no tan cercana, un duelo puede vivirse algo mejor. Sin embargo, si le tenías muchísimo afecto y eran cercanas, vivir este proceso en cuarentena puede ser una de las experiencias humanas más desgarradoras que se podrían explicar.
“Este duelo se acentúa en cuarentena, sobre todo si no se puede experimentar el velorio o entierro que son rituales y formas simbólicas de enseñarle al cerebro que lo que está ocurriendo es verdad y así pueda ir asimilándolo de a poco”, explicó a Página 7 Paulina Pérez, psicóloga clínica de Vidaintegra.
Según la profesional, la primera fase de un duelo es la negación, “entonces si no puedo tener proceso de despedida o entierro, la negación podría ser más intensa y profunda, es decir, más dolorosa. A cada persona le afecta diferente por supuesto, según sus fortalezas y debilidades, pero el dolor profundo indescriptible es parte de los duelos significativos”.
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Tras la negación, dice Pérez, habrá una bomba de síntomas psicoemocionales que son esperables en un contexto como aquel, es decir, no es patológico sino un proceso que como humanos debemos enfrentar hacia el viaje de poder aceptar la pérdida y, en eso, el tiempo es fundamental.
“En ese momento de duelo la persona está tan afectada que queda invalidada para seguir sus funciones de forma habitual, al menos por unas semanas, mientras el duelo sigue durando un largo tiempo”, detalló la psicóloga.
“El proceso de duelo es difícil que se pueda trabajar de forma sencilla, más en un contexto de lejanía. El dolor y desesperación por no poder estar cerca del ser querido, es inevitable. Pero podría ayudar desahogarse, hablarle a alguna fotografía del ser querido, escribirle cartas de despedida y agradecimiento, también hacer un propio ritual de despedida en casa hacia el ser fallecido y si se es creyente, usar la fe y oración. Es importante mantenerse apoyado y darse días de expresar emociones libremente, y descansar todo lo que se pueda”, aconsejó la psicóloga.
Cómo apoyar a una persona de luto
“Contener a alguien desde la distancia es acompañarlo llamándolo, escuchando a la persona que está sufriendo, no dar consejos, mejor solo hacerle ver que estamos cerca, que es una persona amada, querida e importante. La videollamada solo si la persona lo permite, el mensaje de texto no sirve para comunicaciones tan relevantes, por eso es mejor llamar y consolar con voz suave y muy comprensiva“, añadió.
A su vez, recalcó que no se le debe decir nunca a la persona que sufre “tienes que estar bien”, porque está emocionalmente mal y debe sentir su malestar, su dolor, para ir procesando su propio duelo. “Permitir que viva su duelo como le acomode, incluso si no quiere hablar, entenderlo (sabiendo que en su hogar no está solo para que no vaya a tener algún riesgo mayor)”, agregó Pérez.
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Duelo, un proceso normal y personal
La psicóloga clínica de Vidaintegra, comentó que un duelo es un proceso normal y muy personal, cada uno vivencia diversos signos o síntomas normales, desde desmayos, llanto desconsolado, pérdida de memoria, incluso alucinaciones de escuchar al ser querido, o ilusiones de verlo en otras personas.
Así también, indicó que “hay momentos de mucha rabia, otros de culpa, miedo a olvidar, arrepentimiento, entre otros. Todo se permite, cada uno a su modo. Nadie te puede decir cómo vivir tu duelo. Además, esto puede durar meses o años”.
Eso sí, indicó que “lo que no sería normal es que la persona no progrese en sus síntomas, que en el tiempo no logre sentir mayor calma y al contrario, se vea que va empeorando, o se quede estancada en alguna emoción o etapa como la negación por muchos meses. Y un síntoma que no hay que normalizar es la ideación suicida, a eso hay que colocarle mucha atención y ojalá optar por apoyo psicoterapéutico”.
