Comenzó el segundo semestre y los escolares tratan de ponerse al día como sea, tanto en notas como en conocimiento, sobre todo los que pertenecen a la educación pública y pasaron un extenso periodo en paro.

Lo complejo en este tipo de situaciones es que los niños aprendan a manejar la frustración, algo que les cuesta mucho en estos tiempos en lo que todo es rápido e instantáneo.

Si somos capaces de darle a nuestros hijos la oportunidad de equivocarse y empezar de nuevo y si tienen autonomía para ello, les estaremos ayudando a ser personas que manejen adecuadamente la frustración“, explica Javier Arroyo, fundador de la plataforma de aprendizaje de matemáticas Smartick.com

Los docentes del sitio web recomiendan lo siguiente para ayudarlos en el proceso:

1.- Dar seguridad: hay que ser congruentes entre lo que hacemos y lo que decimos (los niños lo imitan todo).

2.- No ceder ante las pataletas: el miedo del adulto al llanto hace que cedamos ante sus demandas. La falta de tiempo y paciencia nos lo dificultan.

3.- Usar un lenguaje adecuado evitando palabras trágicas: “Terrible”, “caótico”, “desastre” generan una carga emocional negativa. Intentar usar términos más neutros y sin contenido emocional intenso. Evitar frases ambiguas y generales cuando pongamos una norma como “portarse bien”.

4.- Dar autonomía y responsabilidades: dejarle explorar, no hacerle todo. No temer a las experiencias nuevas por anticipación de fracaso.

5.- Enseñarles a tomar decisiones asertivas: revisar las posibles consecuencias a sus decisiones y ver con cuál de ellas se compromete.

6.- Reconocer las emociones en la frustración y enseñarle a expresarlas: es importante darse cuenta de cómo se siente y piensa cuando las cosas no son como quiere. Expresarlas ayuda al niño a evitar agresividad o resentimiento.

7.- Enseñarles a pedir ayuda: en ocasiones hay una reacción automática de los niños de gritar o tirar objetos cuando no han conseguido algo. No consideran la opción de pedir ayuda a un adulto.

Es necesario que sepan que los adultos están ahí para ayudarles a pensar en una solución constructiva, no para solucionarlo por ellos. La rabia es un sentimiento normal al que hay que dar salida a través de la forma adecuada.

8-Reforzar sus éxitos: “Ley del 4×1”: por cada castigo, 4 recompensas, así se equilibran de nuevo.

Finalmente, Arroyo explicó que, “estas claves son esenciales al momento de que los niños se enfrenten, por ejemplo, a actividades mentales más complejas, como son la matemática y la lógica”.

Además, agregó que, “es por eso que Smartick.com, por dar un ejemplo, se basa en la inteligencia artificial, lo que permite que los estudiantes trabajen a su propio ritmo. La educación debe ser personalizada y para eso está la tecnología”.