Vlado Taneski llegó a ser uno de los reporteros policiales más destacados de su país, Macedonia. Trabajó por más de 20 años en los medios de comunicación cubriendo algunos de los crímenes de mayor connotación de la historia de la nación europea, pero pronto sería él el protagonista de las páginas rojas.

En junio del 2008, la policía llegó a la casa de Taneski en la ciudad de Kičevo y lo arrestaron, acusado por el asesinato de 2 mujeres. Su pluma lo había delatado.

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Aparentemente, para no levantar sospechas, el periodista había escrito sobre estos asesinatos en los medios para los que trabajaba en aquel momento, el Nova Makedonija y el Utrinski Vesnik, con base en la capital de Macedonia, Skopie.

Fueron estos artículos los que lo condenaron, pues los investigadores vieron que las notas incluían detalles e información que no había sido liberada de forma pública e incluso algunos que eran desconocidos por los propios agentes.

Con estos antecedentes sobre la mesa y con otros casos relacionados en carpeta, el famoso reportero fue detenido luego de que los test de ADN lo conectaran con aquellos asesinatos.

Desde ese momento lo dejaron en prisión preventiva, pero al día siguiente amaneció muerto Aparentemente había cometido suicidio.

Los asesinatos

Las víctimas del sangriento periodista, fueron Mitra Simjanoska, de 64 años, encontrada muerta el 2005; Ljubica Licoska, de 56, asesinada en febrero 2007; y Zivana Temelkoska, de 65, cuyos restos fueron descubiertos en mayo del 2008. Antes del aparente suicidio, los oficiales que investigaban el caso también pretendían inculpar al hombre por el asesinato de Gorica Pavleska, de 78 años.

La conexión entre las víctimas es estremecedora. Todas eran pobres, con poca educación, y se desempeñaban como auxiliares de aseo en la ciudad de Kičevo. La coincidencia no termina ahí, pues su madre, con quien Taneski tenía una relación difícil, también se desempeñaba en aquel rubro y había conocido a cada una de las mujeres asesinadas por su propio hijo.

Dentro de los detalles que incluyó ‘el reportero del crimen’ en sus artículos, el que más llamó la atención de la policía, fue el hecho de que supiera que el asesino había usado un cable de teléfono para atar a sus víctimas y que este había quedado en la escena del crimen.

Como si fuera poco, aprovechó su condición de periodista bien conocido en el área, para visitar a las familias de las víctimas, conocer detalles y conversar con los parientes para así obtener más información para sus notas.

The Independent, dio cuenta de estos crímenes en 2008, cuando la noticia salió a flote y señaló que los tres cuerpos fueron encontrados desnudos y descuartizados, envueltos en bolsas plásticas ocultas en diversos lugares.

Las mujeres habían sido abusadas física y sexualmente, y luego estranguladas con los cables telefónicos, con los que además las amarró.

Fueron los exámenes del semen encontrado en las víctimas los que permitieron asegurar que Taneski las había asesinado tras los abusos sexuales.

Suicidio

Antes de que la policía lograra ingresar los cargos por el asesinato de la tercera víctima y apenas horas después de su arresto, el periodista apareció muerto.

Taneski estaba tendido en su celda en la ciudad de Tetovo, se había ahogado en un balde con agua cuando solicitó permiso para ir al baño. Todo parecía indicar que había cometido suicidio, tal como lo había hecho su padre en 1990.

No sabemos cómo ninguno de los internos o guardias se dieron cuenta de lo que estaba haciendo. Se terminó como en una película de terror“,señaló en la época el portavoz de la Policía Ivo Kotevski.

“Jamás se me ocurrió que un periodista que me solicitó información acerca de mi hermana estuviera involucrado. Es una vergüenza que muriera en prisión. Debió responder por sus crímenes ante la justicia y sufrir en la cárcel”, dijo Cvetanka Licovska, la hermana de una de las víctimas, de acuerdo a lo informado en 2008 por el medio francés L’express.

El denominado “Monstruo de Kičevo”, el hombre que había reporteado e informado sobre asesinatos que él mismo había cometido, se quitó la vida un día 23 de junio, dejando al menos 3 víctimas, y una roja mancha en la historia del periodismo.