Hace algunos días se hizo conocido el brutal ataque de un niño de 12 contra un menor, al que secuestró y abusó en un baño en Inglaterra.

Sin embargo la innegable violencia e impacto de este caso no supera al del pequeño James Bulger, uno de los casos de los asesinos más jóvenes de los que se tenga registro.

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El 12 de febrero de 1993, Denise Bulger (hoy Fergus) fue a al centro comercial New Strand, en Liverpool, Inglaterra, a hacer algunas compras cotidianas acompañada de una amiga y su hijo James, de apenas 2 años. Cuando estaba adentro de una carnicería el bebé desapareció. Había sido secuestrado por Robert Thompson y Jon Venables, dos niños de apenas 10 años.

Cámaras de seguridad
Cámaras de seguridad

Los infantiles secuestradores se pasearon con la guagua por varios kilómetros, maltratándolo y luego lo llevaron a una atroz muerte.

Los asesinos

Robert Thompson, nacido el 23 de agosto de 1982 y Jon Venables, nacido el 13 de agosto del mismo año, eran buenos amigos que antes de cumplir los 11 años cometieron uno de los crímenes que más ha impactado al Reino Unido y que hasta el día de hoy tiene repercusiones.

La mañana del asesinato las cámaras de seguridad mostraban a Thompson y a Venables, que como era usual había faltado a clases, observando niños de manera distraída, aparentemente buscando un objetivo. Antes de eso fueron vistos robando varios objetos, como caramelos, un muñeco troll, unas baterías y un bote de pintura azul para maquetas.

“No imaginas que un niño de dos años le haga daño a uno de dos años, parece imposible”, comentó la madre de James en un documental realizado varios años después de la tragedia.

AFP PHOTO | ADRIAN DENNIS
AFP PHOTO | ADRIAN DENNIS

De acuerdo a a una publicación de El País en el año 2008, Robert Thompson, el dominante de la pareja de niños asesinos de Liverpool, era el quinto de siete hermanos abandonados por el padre cuando el apenas tenía 6 años. Maltratada por la vida y hundida en el alcohol su madre descargaba sus frustraciones y rabia contra sus hijos de manera bastante frecuente. El informe social, además indicaba que la norma en la casa de Thompson era que el más grande era tirano del más pequeño, en una violenta cadena.

Jon Venable, por su parte, tenía un mejor ambiente familiar, aunque también había sido abandonado por su padre y el arduo trabajo no le permitía a su mamá cuidarlo y atenderlo todo lo que hubiese querido. Además porque debía cuidar de sus otros dos hijos, que eran discapacitados. Las carencias emocionales de Jon lo llevaron al camino del mal.

Secuestro y asesinato

Esa tarde del 12 de febrero Denise entró a la tienda solamente con James, a quien tomó de la mano como buena madre. Sólo cuando sacó el dinero de su cartera para pagar, se distrajo y esos pocos segundos bastaron para desencadenar una verdadera tragedia.

Jon y Robert aprovecharon la distracción y se llevaron rápidamente al niño. Lo sacaron del centro comercial y caminaron con él varios kilómetros, sometiéndolo a una serie de torturas.

En un tramo del camino y cerca de un canal lo dejaron caer brutalmente de cabeza, causando graves lesiones en el rostro de James, pero nada les importó, incluso pensaron lanzar el bebé al torrente.

Muchos testigos vieron la situación, pero simplemente pensaron que eran tres hermanos jugando. Los asesinos decían lo mismo cuando eran consultados, o bien decían que llevaban al niño perdido a la comisaria, a nadie le pareció anormal.

Tras lograr esquivar los controles y preguntas de los testigos, que no sospecharon nada grave, llevaron al pequeño James hasta las líneas del tren en las afueras de Liverpool y comenzó una salvaje tortura.

Le dieron múltiples patadas, lo golpearon con los puños, le lanzaron piedras y ladrillos, en incluso con el tarro de pintura que había robado horas antes lesionaron graven el ojo izquierdo del bebé. Como si fuera poco, le pusieron pilas en la boca y la policía sospechó que también en el recto, aunque no fue encontrada ninguna en esa cavidad.

Tras torturarlo brutalmente lanzaron una barra metálica de diez kilos sobre él. Se trataba de una brida, la pieza metálica que une dos carriles sucesivos de la línea férrea y que sirve para dar continuidad a la superficie de la vía. Ese puro golpe salvaje le provocó a James diez fracturas craneales. Fue tanta la masacre que los investigadores forenses no pudieron determinar cuál fue el ‘golpe letal’.

Tras eso y con la esperanza de que la muerte de James Bulger pasara como un accidente lo pusieron en las vías del tren aferrado con una roca. El cadáver del pequeño fue encontrado dos días después, por otros niños que jugaban en el lugar.

El cuerpo de James fue seccionado en dos por un tren, aunque su muerte fue datada antes del horroroso impacto de la máquina.

Arista sexual

Durante la investigación se sospechó que además de la tortura física James había sido sometido a abusos sexuales.

El niño había sido despojado de los zapatos, las medias, el pantalón y los calzoncillos y los informes indicaron que el prepucio del niño también había sido manipulado. Sin embargo, los asesinos nunca respondieron a las preguntas en el interrogatorio y se negaron a declarar también sobre las pilas.

Muchos de los detalles del crimen quedaron fuera de los informes en el juicio, por expresa solicitud del jurado, que consideró los hechos demasiado escabrosos y violentos como para que quedaran expuestos a la opinión pública.

Condena

La búsqueda de los asesinos comenzó inmediatamente y las imágenes de las cámaras de seguridad del centro comercial, de baja calidad, fueron liberadas por la policía con la esperanza de que alguien reconociera a los secuestradores, que parecían ser adolescentes.

Cuando en televisión y con la imagen algo mejorada una mujer que conocía a Thompson y sabía que había faltado a la escuela ese día vio las imágenes, todo quedó claro y ambos niños fueron arrestados.

Las familias fueron amenazadas y la ciudadanía no lograba abstraerse del brutal impacto del caso de James, un pequeño asesinado por niños de 10 años.

Thompson y Venable fueron juzgados como adultos, como permite la legislación inglesa para niños desde los 10 años dependiendo de la gravedad de sus delitos.

Claramente juzgables bajo la más severa de las leyes lo niños fueron condenados a internación total y cárcel al menos hasta cumplir la mayoría de edad.

Libertad y nuevo delito

Los infantiles homicidas fueron condenados a cadena perpetua por el asesinato de James Bulger. Pero, en octubre del 2001, la justicia estimó que ya habían cumplido el tiempo reducido de su condena, es decir, ocho años se les liberó con nuevas identidades para evitar el escarmiento público y protegerlos de la venganza y rabia de la sociedad inglesa.

De Thompson no se supo más, sin embargo, en 2010, la justicia inglesa dio a conocer que Venable había sido detenido por posesión y distribución de pornografía infantil y fue sentenciado.El juez le impuso una pena de dos años, sin posibilidad de acceder automáticamente a la libertad una vez cumplida la sentencia. Pero en 2013 se le concedió libertad bajo fianza y volvió a la libertad.

“Se está protegiendo a un criminal. He estado luchando para lograr que se haga justicia y no puedo creer por lo que todavía voy a tener que pasar”, dijo en ese momento Denise, quien tras la muerte de su pequeño James, rehízo su vida, se casó con una nueva pareja y tuvo 3 hijos.

Archivo | AFP
Archivo | AFP

Las distribución de las imágenes de adultos de los asesinos no se pueden mostrar por orden judicial aunque las fotografías de cuando eran unos niños quedaron para siempre en el inconsciente colectivo.

Revisa un documental de la serie Crímenes que conmocionaron a Gran Bretaña, con la historia de James y los asesinos más jóvenes de la historia de ese país a continuación.