La tarde de este miércoles se confirmó el lamentable fallecimiento de Tomás Vidiella, destacado actor de 83 años que se encontraba hospitalizado por coronavirus.

Luego de que su compañero Cristián Campos diera positivo a un test PCR, se confirmó el contagio de varios colegas, entre ellos Vidiella, pues estaban trabajando juntos en la obra Orquesta de Señoritas, que se presentaba en el Teatro Oriente.

La noticia impactó al mundo de la cultura nacional, por lo que muchos artistas han manifestado su pesar por la sensible pérdida.

En ese contexto, Coco Legrand y Jaime Vadell se mostraron muy afectados por lo ocurrido con su compañero, con el que compartieron durante 2017 y 2018 en Viejos de mierda, la obra más vista en Chile durante la última década.

Legrand sostuvo que “para mí realmente ha sido algo inesperado total”, resumió el comediante. “No lo puedo creer. Siempre tuvimos la esperanza de que podríamos haber seguido mucho tiempo más”.

“Fue un gran maestro para mí. Teníamos una diferencia de 10, 11 años de edad. Lo iba a ver siempre, los momentos que podía, al Teatro El Túnel; él trabajaba con Alejandro Cohen”, dijo en diálogo con La Radio.

“Me llamaba mucho la atención su tremendo talento no solamente como actor, sino también en el terreno de la comedia. Era una persona muy graciosa, me gustaba el modo en que interpretaba”, agregó.

“Gran agitador cultural”

Mientras que Vadell señaló que, contando los ensayos, son aproximadamente cinco años en que fueron compañeros, compartiendo distintos momentos y escenarios.

“Cuando estuvimos bastante tiempo con él, fue cuando fuimos a ver Orquesta de señoritas, después de la función comimos juntos y él no sabía que estaba contagiado”, dice el también actor. Este último encuentro tuvo lugar el domingo antepasado.

“Fue uno de los grandes agitadores culturales de este país. Entre otras cosas, fabricó, ideó, puso de pie, como cinco salas de teatro, de todo porte y de todo tipo. No hay nadie que lo haya hecho de forma independiente”, sostuvo en conversación con Culto.

“Él tenía esas ganas de trabajar, pero lógico. Trabajó hasta una semana antes de morirse”, cerró Vadell, lamentando la partida de su querido amigo.