El fallecimiento de Tomás Vidiella sorprendió al mundo del espectáculo en Chile. Luego de contagiarse de coronavirus, se supo que dentro de todo estaba bien, pero tras descompensarse, el actor murió este miércoles a los 83 años.

Hasta sus últimos días, el intérprete hizo lo que más le apasionaba: actuar. Fue así como pasó más de 60 años de su vida sobre los escenarios. Tras egresar del Patrocinio San José y en el Instituto Nacional Barros Arana, y estar tres años estudiando actuación en Estados Unidos, fue en 1960 que egresó de la escuela de Teatro de la Universidad de Chile.

Su primera aparición en una fotonovela chilena se registra en 1961, con la obra El que volvió, dirigida por Eduardo Naveda, en la revista Cine Amor. De hecho al año siguiente apareció en la portada.

CINE AMOR
CINE AMOR

Posteriormente fundó los teatros El Túnel (1970), Hollywood (1976), Anfiteatro Lo Castillo (1980) y El Conventillo (1983), junto a su hermana, la actriz Eliana Vidiella, donde se presentaron destacadas obras nacionales.

De hecho, es en este tiempo que Tomás introduce en Chile los primeros Café Concert, que hoy en día son tan famosos en el país. De hecho, el primero fue lanzado en 1971 llamado Agamos el amor, junto a Alejandro Cohen y Pina Brandt.

Durante este tiempo, el actor asumió el desafío de interpretar al primer personaje transformista del teatro chileno, ‘Lulú’, lo que le valió una ola de críticas en la época.

Pese a esto, la obra Cabaret Bijoux logró convertirse en un éxito que incluso logró pasar por varias ciudades del país.

ARCHIVO
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Primera aparición en televisión

Tras más de una década dedicado al teatro, fue en 1982 que Vidiella llega al área dramática de TVN para unirse a su primera teleserie: De cara al mañana, donde fue uno de los protagonistas, Ignacio Martínez, el querido profesor de castellano.

En paralelo a sus participaciones en televisión, el intérprete no dejó su trabajo teatral, siendo La muerte de un vendedor, Quién le teme a Virginia Woolf o Marat-Sade, algunas de sus obras más destacadas.

Luego siguió siendo parte de producciones icónicas, como La Torre 10, La dama del balcón, La Villa, Vivir Así, pero fue en 1990 que se vistió de antagonista por primera vez, en El milagro de vivir, donde fue el doctor Roberto Martínez, que en realidad guardaba la identidad de Aníbal Gómez.

También podemos mencionar participaciones históricas, como en Amor a domicilio, Marrón Glacé, el regreso, o Amándote. Pero por lejos uno de sus papeles más destacados fue en Fuera de control, donde interpretó a Aarón Hurtado, ‘El viejo Aarón’.

Sus últimas apariciones en televisión fueron en 2009 cuando fue parte de Corazón rebelde, y la más reciente en 2017 en Tranquilo papá, con la salvedad de que nunca dejó de trabajar en teatro.

De hecho, todavía seguía trabajando con Coco Legrand y Jaime Vadell en la galardonada obra Viejos de mierda.