Fue en abril de este año cuando en medio de la pandemia Canal 13 estrenaba su programa de ayuda social, Aquí somos todos, un espacio que llegaba a tomarse el horario de la tarde totalmente en vivo.

El proyecto conducido por Ángeles Araya ya lleva más de seis meses al aire sacando cuentas alegres para la estación televisiva, además que poco a poco el equipo ha logrado ganarse el cariño del público.

Así lo reconoce la periodista Clarisa Muñoz a Página 7, quien arribó desde Mega a la señal para ser parte del programa. “Ha sido como un sueño desde lo profesional y lo humano. Me había pasado tantas veces antes que los jefes no pescaban los temas sociales, aún sabiendo que se podía ayudar a la gente, por distintos criterios”, cuenta.

“Aquí en cambio la meta es ayudar, usar la tele al servicio de las personas y eso es un privilegio. Son 6 meses donde hemos conocido realidades tremendas, nos hemos involucrado con el Chile real, muchas veces ignorado y hemos logrado ayudar a esas personas a mejorar sus vidas”, añade.

Sobre cómo ve el futuro del programa, Muñoz manifiesta que espera que dure mucho tiempo. “Si podemos colaborar para que este sea un mundo mejor, aunque sea un poquito, eso es impagable. Estamos yendo a regiones en la medida que la pandemia nos lo permite. Ayer estuvimos en San Esteban, Los Andes y hoy en Rengo”, explica.

“Tratamos de llevar dos casos por programa, aunque hay veces que va solo uno o que dedicamos varios capítulos a una historia cuando no hemos logrado lo que nos propusimos. Si llevamos 130 capítulos, son al menos 200 vidas que hemos cambiado de alguna u otra manera”, sostiene.

El caso más fuerte

Por otro lado, la periodista cuenta que el caso que más le ha impactado ha sido el de Darling, una pequeña que vivía en un campamento construido sobre un basural clandestino.

“Contaba que no quería vivir ahí porque su mamá no dormía en la noche para vigilar que los ratones no pasaran por la cara de ella ni de su hermanito. Eso es un combo en la guata, una cachetada de realidad. Te das cuenta de la cantidad de cosas que consideras problemas que en verdad no son nada. Que cosas tan simples como un baño o una cama calientita para una niña son un lujo”, detalla.

Finalmente, Clarisa recuerda que lograron dar con un final feliz para la menor de edad. “Conseguimos sacarla del campamento y me manda audios contando que está feliz con su ducha nueva. Cada día me acuesto agradeciendo a la vida por lo que tengo y por la suerte de tener este trabajo y poder ayudar”, concluye.